Juan Carlos Carcedo apostó por un once exactamente igual al de la semana pasada desde las posiciones de mediocentro hasta la portería, pero con tres novedades en comparación con la alineación interior, todas ellas en ataque. Nono, como era de esperar tras su buen papel en su debut, estrenó titularidad en el extremo derecho y Bogusz jugó por el izquierdo. El polaco salió de inicio a pesar de haberse incorporado más tarde por su participación en la fase de clasificación del Europeo sub-21 con su selección. El míster confía en él merced a su gran arranque y no dudó en brindarle una de las posiciones ofensivas. El otro cambio fue la presencia de Javi Pérez en el puesto de ‘10' en lugar de pivote. La punta de la lanza, una vez más, fue Sergio Castel, que estaba –y está– en racha.
Los canarios presentaron la gran novedad de Jonathan Viera en su once. Pepe Mel buscaba así algo más de imaginación en un equipo que venía de perder por 4-2 contra el Mirandés y al que dotó de todo su potencial ofensivo con Jesé, Pejiño y Peñaranda también en la alineación titular.
Los celestes no pudieron gozar de la posesión del balón en una primera parte dominada por los locales. Sin embargo, al contrario que ante el Amorebieta, su acierto ante la meta contraria les permitió marcharse al descanso con ventaja. Un disparo entre los tres palos, un gol. A los 12 minutos, un error en la salida de balón de los amarillos la aprovechó la Udé para marcar el único tanto de la primera mitad. Sergio Ruiz entregó involuntariamente la pelota a Nono y el ex del Tenerife vio la posición libre de marca de un Castel que, con un toque sutil de primeras con el exterior, superó la salida del portero.
Fue la acción clave de un primer tiempo que había comenzado con una ocasión manifiesta de gol de Pejiño. El extremo recibió la pelota de Jesé en el interior del área y, tras recortar a Morillas, lanzó un disparo raso ante el que Germán respondió de manera espléndida.
Pese al posterior tanto de los ibicencos, Las Palmas no le perdió la cara al partido y siguió remando en busca del empate. Al cuarto de hora de juego, tres minutos después de que se rompiera el cerocerismo, los canarios dispusieron de una doble ocasión. Un error de Germán no lo aprovechó Sergio Ruiz. En la continuación, el pase lateral de Viera se paseó por el área pequeña sin encontrar rematador. También Peñaranda intentó neutralizar la renta visitante con un chut raso desde la izquierda, pero el meta atrapó la pelota sin problemas.
Los minutos pasaban y la UD Ibiza aguantaba sobre el terreno de juego. Los de Carcedo demostraron que también saben jugar sin balón, manteniendo cierta solidez ante los arrebatos ofensivos de su rival. Las Palmas no hallaba el camino hacia el gol y no le quedaba otra que probar con disparos exteriores como el de Cardona a la media hora de juego, quien, en posición algo escorada, lanzó contra el exterior del palo. De ahí al descanso, poco que reseñar. Los canarios fueron perdiendo claridad de ideas y la Udé tomó el camino a los vestuarios con ventaja en el marcador.
La segunda parte arrancó con una incomprensible mano de Raúl Fernández al borde del área. Bogusz asumió la responsabilidad de esta falta en la frontal, pero chutó alto. Poco después, el polaco tuvo una oportunidad manifiesta de gol. Parecía más difícil lanzar fuera que a la red. Los unionistas recuperaron el balón en la medular, Appin condujo por el centro a las mil maravillas y cedió el balón a un Bogusz que, solo ante la portería, tiró de primeras al lateral de la red.
Las Palmas no era capaz de ofrecer la misma versión de antes y le costaba horrores llegar a portería. Sin embargo, el recién incorporado Moleiro le dio a los locales esa efectividad de la que venían careciendo. El joven atacante local aprovechó un pase de la muerte de Pejiño para nivelar la balanza en el minuto 68.
Los canarios se vinieron arriba y Germán evitó el segundo en un chut de Pejiño al primer palo. A partir de entonces, el partido se calmó en lo que a ocasiones se refiere. Con todo, la UD Ibiza tuvo una buena oportunidad en la recta final, cuando Davo sirvió un balón largo a un Cifu que, dentro del área, realizó un mal control y ya no pudo rematar en posición franca de gol.
Los minutos pasaron con más pena que gloria y el 1-1 se mantuvo inamovible en el tanteador. De esta forma, la Udé volvió a puntuar por quinta jornada consecutiva y en una cancha en la que pocos lo harán, se mantiene invicta y continúa creciendo en su primera temporada en Segunda División.
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