«Yo creo que es uno de esos días en los que hemos crecido como club brutalmente en todos los aspectos. Pienso que es uno de esos días. Creo que estamos demostrando que Ibiza, aunque no sea verano, también está viva, futbolísticamente viva, y pasan cosas». Pablo Alfaro, entrenador de la UD Ibiza, era ayer un hombre feliz.
El técnico celeste señaló: «Es una eliminatoria de Copa. No es la final, ni la semifinal, ni una eliminatoria reservada para los más grandes, pero para nosotros ha sido una reválida tremenda. No tengo más que palabras de admiración hacia mis futbolistas porque el esfuerzo ha sido titánico. Hemos pagado un precio caro con la lesión de Morillas, pero ha sido un partido espectacular con más de 4.000 personas en las gradas. Ha salido redondo. Nos vamos muy satisfechos y creo que todos nos hemos transmitido energía positiva».
«Va a haber mucha gente que va a tener ganas de volver. Al final, nos vamos enganchando unos a otros. Creo que hemos vivido un espectáculo futbolístico lo más parecido a lo que puede venir dentro de unos meses», continuó.
En su discurso, Alfaro alabó el trabajo de sus jugadores: «He visto futbolistas en mi equipo que han crecido un montón».
Para él, este encuentro puede ser el que signifique el despegue definitivo del club: «Es un partido que nos tiene que ayudar. Ibiza responde cuando el equipo le da cosas. Vamos a pensar en grande sin olvidarnos de lo que somos todavía».
De cara al sorteo del martes, no pidió ningún rival: «Yo lo que quiero es vivir otra fiesta en Can Misses».
También habló del mercado de fichajes y la urgencia que supone la lesión de Morillas, un jugador sin recambio natural: «Lógicamente te cambia la perspectiva y es algo cambiará planteamientos de tecnificación».
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