Sobre el papel, la Regional se planteaba con un Ciudad de Ibiza superior al resto, pero el conjunto de Sant Antoni hizo saltar la sorpresa con una temporada casi perfecta. Eso sí, todo se cuajó en el verano, cuando la nueva directiva con Nacho Andrés a la cabeza comenzó un proyecto para devolver el equipo a Tercera. «Nosotros teníamos la idea de intentar ascender en dos o tres años, esta temporada queríamos sentar una base sobre la que crecer. La verdad que no esperábamos que se diese tan bien», reconoce el presidente.
Aunque aseguró que ahora que lo tienen al alcance de la mano no van renunciar a algo que les produce «mucha ilusión». «La afición, la directiva, los jugadores, los equipos de la base... Todos estamos deseando que haya suerte y se pueda ascender», añade.
Del mismo modo, Nacho Andrés afirma que no subir no sería un fracaso aunque sí una decepción: «Vamos a ir a por todas, pero hay que ser cautos, no será nada fácil. Evidentemente no sería un fracaso porque la temporada ya es un éxito, todo lo que venga será un regalo».
Gran parte de este campeonato llega por el giro que ha tomado el equipo. El nuevo proyecto se lanzó a por los jugadores de la cantera que estaban repartidos por la isla con la intención de hacerlos volver a casa para que ayudaran al club a regresar a una categoría que añoran desde hace tiempo: «El Portmany siempre ha tenido una buena cantera, una buena base en la que llevamos trabajando toda la vida. Es una pena que nuestros juveniles, cuando llegan arriba, se marchen a otros equipos de la isla para jugar en Tercera. Por eso, hemos intentado convencer a varios para que vuelvan a casa, porque sabemos que tienen ese sentimiento de darlo todo por el club».
Para dirigir este proyecto, Nacho Andrés confió en Carlos Marí, un hombre de la casa. El técnico se había tomado un año sabático después de haber dirigido tres temporadas al conjunto juvenil en Liga Nacional, por lo que conocía perfectamente al grupo más joven de la plantilla.
«La verdad que para mí fue una pequeña ventaja conocer a muchos de los jóvenes. Sabía lo que me podían dar para apostar por ellos sin miedo», explica Marí.
El técnico valoró el éxito de la temporada a través de una filosofía de partido a partido. Del mismo modo no cree que la presión les pueda afectar de cara a la fase de ascenso: «Llevamos casi toda la liga con la presión de estar obligados a ganar para seguir primeros, una presión que nos hemos puesto nosotros mismos porque veíamos que podíamos ser campeones».
Sobre las virtudes que han llevado a su equipo a ganar esta liga, Marí lo tiene claro: «Todo empieza en el vestuario. Tenemos un grupo muy bueno, somos una piña. La afición también está con nosotros, había ilusión de ganar la liga y hay una comunión importante. En cuanto al juego, yo diría que somos un equipo muy versátil. Somos fuertes físicamente y vamos bien en el juego aéreo, podemos tener la pelota o estar ordenados en defensa. Además, tenemos mucha pólvora arriba».
Tras la celebración del domingo, ayer el equipo volvió al trabajo. El camino para intentar regresar a Tercera División continuará el 19 de mayo en Mallorca ante el sexto o el séptimo clasificado del grupo mallorquín. El sorteo no se hará hasta el próximo lunes y aunque actualmente el Atlético Rafal y el Son Verí son los equipos que ocupan esas plazas, todo podría cambiar en la última jornada. La vuelta se jugará en Sant Antoni el fin de semana del 26 de mayo. Si consiguieran superar esta ronda, tendrían que jugar otra y la lógica hace pensar que el rival fuese el Collerense o el Rotlet-Molinar, segundo y tercero, respectivamente.
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