El seleccionador Jordi Ribera quiere mantener las distracciones al mínimo. Se trata de una preparación y no de unas vacaciones por lo que la selección está centrada en los entrenamientos. En el primer día, hubo cambios sobre lo previsto. En vez de entrenar los ejercicios de pista en Sa Blanca Dona, la expedición se trasladó a Sant Antoni para trabajar a puerta cerrada en Sa Pedrera, donde parece que tiene previsto hacer el resto de las sesiones con la excepción de la del sábado que se mantiene en el polideportivo Insular.
Por la mañana, trabajaron en Can Coix, y por la tarde decidieron hacer una sesión de gimnasio en el Bfit para realizar ejercicios de fuerza complementarios a la pista. La aparición de los jugadores pilló de improvisto a los usuarios del centro que se ejercitaban en esos momentos.
Es la primera vez que una selección de este calibre se concentra en la isla por lo que la expectación es máxima, sobre todo en el mundo del balonmano. Aunque ha habido cambios en el planning de la semana, se sigue manteniendo el fin de fiesta del sábado. Será cuando el público podrá ver trabajar a los ‘Hispanos’. La selección entrenará a puertas abiertas a partir de las 10.00 horas, y al término de la sesión habrá una firma de autógrafos. Además, a las 13.00 horas tendrá lugar una jornada técnica a cargo de Jesús Rivilla, preparador físico de la selección.
Precisamente ese acercamiento al público, sobre todo a los más jóvenes, fue algo que el seleccionador Ribera destacó el martes nada más aterrizar en Ibiza: «Pienso que siempre es bueno que podamos tener un acercamiento a la gente y, sobre todo, a los jóvenes del balonmano allá donde vayamos. Esperemos que los que vengan puedan disfrutar del entrenamiento y de estar cerca de los mejores jugadores que tenemos en estos momentos».
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