—¿Qué le ha llevado a volver al balonmano?
—Siempre ha existido ese gusanillo. La verdad es que cuando me retiré no fue por el hecho de que me sintiera impotente para jugar, sino porque buscaba otra salida laboral. He seguido en contacto con muchos amigos y uno de mis hermanos balonmanísticos, Miguel Ángel Olea, vino aquí y empecé a ver todos los partidos del HC Eivissa. Entre él, Jesús Prieto (presidente) y algunos compañeros me empezaron a pinchar un poquito y me decanté por jugar otra vez. Además, la verdad es que el tema de tener un hijo y verlo disfrutando con el balonmano es otra de las causas principales.
—Se ha hecho esperar su debut con el HC Eivissa.
—La verdad es que tuve mala suerte, porque, cuando fuimos a Barcelona a jugar unos amistosos, me encontraba físicamente muy bien, pero me hice un esguince de rodilla. Son cosas que pasan en este deporte y no hay que darle más vueltas. Me habría gustado llegar con un nivel de competición mayor, pero aun así estoy muy contento por empezar. Hacerlo con una victoria y jugando muchos minutos pese a acabar de llegar es para estar más que satisfecho.
—¿Cómo ha vivido sus primeros minutos de naranja?
—Con una ilusión tremenda como cuando jugaba en Asobal. No recordaba ya tanta ilusión, porque en mi última etapa como profesional, aunque es verdad que no dejas de divertirte, fue difícil por temas económicos. Supongo que la sensación fue parecida a la de aquel último partido con el Puente Genil, en el que el ascenso me supuso una ilusión tremenda. El regreso a la pista ha sido impresionante y con el apoyo que hay en Ibiza por parte del público, mejor aún.
—Se sufrió para ganar por la mínima al Florida Universitaria.
—Se ve que está siendo la tónica de los últimos partidos, pero yo de esto siempre saco lo positivo. Ojalá podamos ganar holgadamente para no terminar con un ataque al corazón, pero con esto también se adquiere muchísima experiencia. Saber jugar esos minutos finales es vital para el resto de la liga. Tener esa presión de los últimos minutos, con empate en el marcador, y ganar te da mucho caché.
—Una persona con su trayectoria, ¿cómo ve esta categoría?
—La verdad es que yo me tomo el balonmano igual ahora que cuando era profesional. No sé tomármelo de otra manera porque toda la vida me lo tomé igual. Salí de casa con 16 años siendo juvenil y siempre me lo tomé muy en serio al igual que en los 12 años en la Asobal. Es verdad que aquí existe la dificultad de que prácticamente todos los jugadores estamos trabajando y tenemos que compatibilizar el trabajo y los entrenamientos, pero la ilusión es la misma.
—Lleva desde pretemporada en el equipo. ¿Qué le parece la plantilla?
—Creo que tenemos una plantilla muy completa y compensada, con gente veterana y gente joven que viene apretando desde abajo y va a tener minutos. Seguro que hará subir más el nivel de la plantilla. Estoy convencido de que, tal y como entrenamos y con Eugenio Tilves de entrenador, vamos a seguir mejorando hasta el final de la temporada.
—De momento, ustedes van ya terceros en la tabla clasificatoria. ¿Se puede soñar con algo grande esta campaña?
—Yo soy partidario de ser realista más que de soñar. Hay que trabajar para mejorar. Ahora estamos aquí, pero lo principal es poder decir el día del último partido que hemos mejorado. Los resultados dirán el puesto en el que tenemos que estar.
—¿Pero cree que hay mimbres para luchar por el primer o segundo puesto?
—Llevamos muy pocas jornadas. Son palabras mayores. Ganas un partido y te pones tercero, pero lo pierdes y bajas al séptimo u octavo lugar. Estoy convencido de que tenemos plantilla para hacer eso, pero queda muchísima liga y hay que trabajar.
AL DETALLE
El estreno
El jugador disfrutó de muchos minutos en el encuentro contra el Florida Universitaria, correspondiente a la cuarta jornada, y que se saldó con victoria de los ibicencos por un apretado 21-10.
Vista atrás
El último partido que había jugado el andaluz antes de su debut con los pitiusos fue el 12 de mayo de 2013, día en el que su equipo, el Puente Genil, venció al Bidasoa en la última batalla por el ascenso a Asobal.
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