El cerocerismo no tardó en romperse. El destino quiso que Adrián Ramos se estrenara como goleador esta temporada en su antigua casa, en Sant Rafel. El delantero marcó un auténtico golazo de vaselina desde fuera del área en una acción en la que Hortal probablemente debió haber hecho algo más. Solamente habían pasado cinco minutos de juego y el nueve visitante, que no dudó en festejar el tanto, ya había enmudecido a la afición rafelera.
Curiosamente, el City desapareció del campo a partir de entonces. El San Rafi se convirtió en el dominador del balón y en apenas diez minutos dispuso de hasta cuatro ocasiones de gol, dos de ellas claras. Carboneras, en un remate a la salida de un córner, y Roberto, que se plantó solo ante el portero en diagonal y lanzó al lateral de la red, fueron los que más cerca estuvieron de nivelar la balanza.
También Juanfran acarició las tablas mediado este primer periodo. Y por partida doble. Primero, en un cabezazo tras un saque de esquina que un defensa sacó en línea de gol y, acto seguido, en una segunda jugada que acabó en gol pero que el árbitro anuló ante la aireada protesta de los blue. A la tercera fue la vencida. El pichichi del San Rafael se sacó de la chistera un misil con la zurda desde fuera del área que acabó en la red pese a que Coki llegó a tocar la pelota.
Tras el descanso, el partido se transformó en otro. El Ciudad de Ibiza imprimió más intensidad en defensa para que el San Rafi no creara tanto peligro como antes. El juego se tornó brusco por momentos y el cuerpo a cuerpo fue la tónica dominante desde el primer minuto. Con todo, Juanfran no tardó en gozar de una manifiesta ocasión de gol, pero su disparo, a los siete minutos, lo despejó Coki a córner con el pie.
A falta de casi un cuarto de hora para el final, Lozano fue expulsado por doble amonestación y el cariz del duelo cambió. Los locales empujaron más, pero lo cierto es que el equipo de Ibon Begoña tuvo un par de oportunidades de gol en botas de Tomillero. Antes de ellas, Santos, nada más entrar al campo, tuvo que dejar su sitio a Manu Cabezuelo tras sufrir un golpe en el pómulo.
En los instantes finales, Ramos recibió el balón solo ante el portero, que impidió el gol con la mano fuera del área. Sin embargo, el linier levantó la bandera sancionando un polémico fuera de juego. Fue la última bala de un City que hincó la rodilla en la prolongación, cuando Arbeloa, que en los últimos minutos estaba buscando el gol con ahínco, aprovechó un centro de Manu Cabezuelo que Juanfran dejó pasar para batir con un disparo cruzado a Coki y llevar el júbilo a la abarrotada grada de Sant Rafel.
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