Un selecto grupo de un centenar de deportistas participará este domingo en la primera edición del Ibiza Blue Challenge, un peculiar triatlón de larga distancia (tipo ironman) que se complementará con otras pruebas paralelas sobre los mismos circuitos de natación, ciclismo y trail y que añade un nuevo enfoque a este tipo de competiciones.
Este matiz especial es el que le ha querido poner su organizador Juanjo Serra, quien definió ayer este proyecto como «el más romántico» que ha llevado a cabo en el mundo del deporte. Así lo entiende en el sentido de concebir la Ibiza Blue Challenge como una carrera que no aspira a grandes crecimientos numéricos en próximas ediciones y que pretende erigirse como un ejemplo de respeto por los bellos parajes por los que discurre.
Así, parte de las inscripciones se destinarán a la reparación de paredes de piedra seca situadas en el entorno de los circuitos trazados para la Ibiza Blue Challenge. Otro detalle que revela este respeto por la naturaleza es la inclusión en el reglamento de la prueba de una norma que prohibe explícitamente a los deportistas lanzar nada al suelo, advirtiendo además que se descalificarán a los participantes que la incumplan.
Por otra parte, la organización ha tenido muy en cuenta los distintos marcos naturales que ofrece los recorridos elegidos –como el arco de piedra de ses Margalides para dar inicio a la prueba de natación– y tendrá otros detalles como senallons y productos locales para los participantes.
En cuanto a la competición en sí misma, se iniciará a las 07.30 horas en ses Margalides con un recorrido a nado de 3.800 metros. Tras ello, los 14 participantes de esta particular ironman subirán a pie por el escarpado sendero de ses Balandres, utilizando cuerdas en los tramos más verticales.
Dos kilómetros después, recogerán sus bicicletas frente a la iglesia de Santa Agnés de Corona para cubrir nueve vueltas y media en un circuito de 18 kilómetros. «El recorrido ciclista se ha buscado con poco impacto para los vecinos y que sea bonito», señaló Serra. Los ciclistas completarán los 180 kilómetros en su desplazamiento hasta Sant Mateu, donde discurrirá la prueba a pie, siguiendo distintos caminos y pistas forestales en una carrera de montaña que se prevé finalice ya de noche bajo un marco payés. «Quizás los primeros lleguen todavía de día, pero la mayoría lo hará con el sol ya puesto», indicó Serra.
El organizador también destacó las favorables previsiones meteorológicas para el domingo. «Es el último triatlón que se corre en Europa, gracias al clima que tenemos», remarcó.
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