La primera parte no tuvo un dominador claro. Los dos equipos querían el balón y lo trataron con mimo cada vez que lo tuvieron. Eso sí, si algún conjunto mereció irse al descanso con ventaja, ése fue el de la Peña Deportiva. El cuadro de Dani Mori tuvo las ocasiones más claras y se estrelló en dos ocasiones con la madera.
El primero en probar fortuna fue David Camps. El menorquín lo intentó en una falta directa que Marcos no supo atajar en primera instancia. Se quedó en un susto. La réplica la dio Domenech a continuación, en un disparo en posición escorada que se marchó fuera. Pasados los diez primeros minutos se produjo la oportunidad más clara del encuentro. Maikel cometió un error garrafal al querer ceder el balón atrás sin que hubiera nadie. Bueno, sí, estaba David Camps, que encaró al portero completamente solo desde la línea de tres cuartos. En su intento por driblarle, Marcos desvió la pelota, que se estrelló en el palo antes de que el guardameta se hiciera con él.
El partido era atractivo, a diferencia de los derbis de otros años. Se notaba que ambas escuadras querían agradar ante los suyos. Sólo le faltaba el gol y lo cierto es que a los formenterenses les costó más encontrar puerta. Bernal lo intentó de falta directa, pero lanzó fuera por poco al cuarto de hora. Menos problemas tenían los peñistas para hallar puerta. David Camps, muy activo en este primer tiempo, probó en una jugada individual que terminó con un disparo raso que no creó problemas al meta visitante.
El juego combinativo se alternaba con acciones de calidad individual como la que protagonizó Terán a la media hora de juego. El extremo se marchó de tres rivales, con caño incluido, para plantarse en el área y lanzar un zapatazo que se marchó arriba. La grada agradeció la jugada con aplausos.
Pero, una vez más, fue la Peña la que perdonó a su rival. Primero, Pando, en un cabezazo al muñeco tras una falta botada por David Camps, acarició el 1-0 en el minuto 40. Más cerca estuvo de hacerlo el ariete menorquín del cuadro de Dani Mori al filo del descanso. Tras recibir un pase en profundidad de Ramiro, le ganó la batalla a Chechu y encaró en diagonal la portería rival. Su disparo se estrelló con el travesaño. Increíble, pero cierto.
Tras el descanso, y después de alguna que otra aproximación a las áreas pero sin el peligro de antes, el equipo de Luis Elcacho se adelantó en el marcador. Un mal despeje de Winde llevó el balón a una zona en la que Górriz se llevó la pelota con el brazo ante la presencia de Rubén Martínez, último defensor. El árbitro no lo vio, la jugada siguió y el vasco finalizó la acción con un disparo por debajo de las piernas de Torres. En su segundo disparo al marco –el primero lo hizo Jordi Martí en el descuento con un tiro manso desde 25 metros–, los rojillos acertaron. Era el minuto 62 y el choque pudo haber quedado sentenciado dos después, en un disparo impresionante de Terán que se marchó lamiendo el palo.
La Peña decidió entonces escribir una de las páginas más bonitas de su trayectoria deportiva con una remontada heroica a base de buen juego, casta y esperanza. Un córner botado por Sergi Mut lo desvió bombeado un defensor. Apareció entonces David Camps para marcar con una precisa volea a ras de césped.
El cansancio hizo que Mori realizara dos cambios en los que perdió a dos de sus referencias ofensivas, Ramiro y Mut, para dar al centrocampista Claverías y el defensa Moha, que actuó de interior. Precisamente el joven mediocentro resultó clave en el devenir del choque. Abrió el balón a la banda izquierda, donde Rafa colgó la pelota y, en una segunda jugada, Winde aprovechó para fusilar la portería a placer. El senegalés celebró el gol por todo lo alto al igual que una Peña que vio así recompensado su buen partido.
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