Toni Gino simula un lanzamiento en la pista del pabellón Es Viver. | EVA MEDINA

Toni Gino Corona (Argentina, 11-01-1962) vuelve a liderar el proyecto del Ushuaïa Ibiza Voley. Este profesor de Educación Física será una vez más el entrenador del equipo al que ha ascendido a Superliga desde Primera Balear. Su primer rival será el Unicaja Almería, ocho veces campeón de Liga y subcampeón continental en cuatro ocasiones. La cita, el 13 de octubre en Es Viver.

—Dos meses para el estreno liguero. ¿Le parece aún mucho o poco tiempo?

—Es tiempo suficiente para llegar más o menos bien. Hemos cerrado el capítulo de fichajes y estamos más o menos donde queríamos a estas alturas. El problema radica en los partidos de pretemporada. Debemos hacer una salida como mínimo y traer algún equipo aquí, como el Teruel, pero es complicado porque venir en septiembre a Eivissa es muy caro. Luego, nos espera un arranque liguero durísimo. Parece que lo hayan hecho así para que no estemos en Superliga.

—Y para empezar, el Unicaja Almería, en casa. ¿Es el debut soñado o el menos deseado?

—Como espectáculo es bonito ver en Es Viver un equipo potente. El que quiera ver buen voleibol lo verá, al menos, con el Unicaja. Nosotros seremos toda una incógnita para entonces. Nos habría gustado más empezar contra equipos más o menos de nuestra talla, aunque no sé si los hay. El problema no es que venga el Unicaja en la primera jornada, sino que en la primera mitad de liga nos van a visitar todos los equipos punteros. No sé si la afición podrá ver algún triunfo hasta enero. Tendremos que salir adelante para no caer, porque los primeros resultados te dan siempre un empujoncito.

—El club confía en la plantilla de los ascensos. ¿Cree que este grupo puede dar la sorpresa en la máxima categoría como ha hecho en los años anteriores?

—No. La plantilla, como cada temporada, vuelve a ser competitiva, pero será fundamental que las nuevas incorporaciones tiren del carro.

—¿Tan necesario es que marquen la diferencia?

—Sí, tienen que marcarla. Creo que no nos podemos quejar de lo que hemos fichado. Otra cosa es que rindan lo suficiente, se amolden a la plantilla y podamos hacer algo.

—¿Es éste el techo de este equipo?

—Estamos en la máxima categoría. Ahora mismo, aspiramos a mantenernos. Si esto no funciona, pues estaremos condenados a descender. El tope no sabemos dónde está, pero en el primer año se tiene que luchar por no descender y, a partir de ahí, si la gente y los patrocinadores siguen ilusionados, se apostará por hacer un equipo fuerte.

—¿Se imaginaba algo así cuando tomó las riendas del CV Ibiza en categoría autonómica?

—Sinceramente, no. Ha superado las expectativas personales. Recuerdo cuando hablaba con jugadores de la plantilla que ahora son miembros de la directiva como Juanan Ripoll o Mariano Esteban, en su momento. El objetivo era llegar a Primera Nacional, incluso a FEV para alguno más optimista como Mariano. Esto ha desbordado nuestras expectativas. El grupo de aquí es muy fuerte. Los chicos tienen un alma de equipo que difícilmente se puede encontrar en otro sitio.

—¿Qué le dicen los alumnos en el colegio al ver que su ‘profe' es casi como un dios de los banquillos?

—La verdad es que tengo que agradecer mucho las muestras de cariño, no sólo en el colegio, sino también en la calle. Por suerte, Eivissa es un sitio donde la gente se mete poco en los asuntos de los demás y se toma todo con bastante naturalidad. Eso se agradece. Además, tampoco nos lo hemos creído demasiado y hemos mantenido una cierta humildad. Aquí estamos, hasta aquí hemos llegado y estamos encantados de que la gente y los niños estén encantados.

—Pero sus alumnos le respetarán más incluso ahora, ¿no?

—Siempre te respetan. Donde yo trabajo hay una labor institucional ejemplar en este sentido. Hay buenas relaciones no sólo con los niños, sino con los compañeros y la directiva.