El ocaso del profesionalismo

El anuncio por parte del Govern balear de los patrocinios a los clubes de participación colectiva en categoría nacional para la temporada 2011-12 ha caído como una auténtica losa en las entidades ibicencas. El pronunciado recorte en las ayudas para el curso actual -en algunos casos de cerca del 70 por ciento respecto a pasados ejercicios- unido a las deudas que ya arrastran las instituciones hace peligrar la continuidad del profesionalismo en el deporte de les Illes Balears y, más concretamente, de Eivissa.
Los directivos de los tres clubes más afectados por el tijeretazo en la Isla -PDV, Space Tanit y Space Gasifred- estudian fórmulas a la desesperada para tratar de cumplir lo comprometido con sus empleados y para hacer frente a los desplazamientos que restan hasta final de temporada. Sin embargo, acabar el curso en sus respectivas competiciones supondrá un altísimo riesgo para su patrimonio, un dispendio imprevisto que puede conducirlos a la quiebra y, por extensión, a la desaparición tras años de esfuerzo.
Los clubes citados se encuentran en pleno proceso de asimilación tras el golpe encajado. Una dura y pesada digestión que se prolongará durante los próximos días hasta que se produzcan los primeros movimientos. Algunas de las medidas inmediatas será comunicar la situación a sus respectivas plantillas y cuerpos técnicos y proceder a un reajuste de los presupuestos. Tampoco se descarta prescindir de alguna nómina e, incluso, de algún desplazamiento cuyo desembolso sea desorbitado.
Las primeras valoraciones tras la publicación de las ayudas fueron de denuncia ante lo que consideran una injusticia. Responsables de los diferentes clubes de élite criticaron ayer en estas líneas la falta de equidad en el reparto y la ausencia de compromiso con entidades que pasean desde hace años el nombre de las islas fuera de sus fronteras. Veinticuatro horas después del anuncio, la consigna era la reflexión y el diálogo con otros clubes afectados para unir fuerzas y compartir sensaciones.
Nuevo escenario
A partir de aquí se abre un nuevo escenario para el deporte profesional. La inversión privada y la explotación de los recursos propios (cantera) parecen las únicas vías para mantener la ilusión por la competición después de años de 'vacas gordas'. La burbuja del deporte de élite ha explotado y, como en otros muchos casos, sus responsables evitan la confrontación con el problema dándole esquinazo.