Instante en el que Edu Moral cabecea para establecer el 1-1 al final de la primera parte. | Marco Torres
Matías Fernández aprobó con nota su primer examen al frente de la Peña Deportiva de Santa Eulària. Sin apenas tiempo de trabajo y con un vestuario agitado por los resultados deportivos y la sorprendente dimisión entre semana de Paco Onrubia, el nuevo preparador y su socio en el banquillo, el todavía jugador Nacho Villodre, consiguieron dos proezas el día de su debut. La primera, romper la maldición que impedía a la Peña vencer a un rival directo, circunstancia que no lograba desde hace más de año. Ayer lo consiguió, con clase y determinación, ante un Montuïri (2-1) que cuenta en su potente colección con algunas de las mejores 'joyas' de la categoría. Y la segunda, y más importante si cabe, una mejoría notable en el juego y la actitud del equipo.
El partido comenzaba con dominio alterno de ambos equipos y varias sorpresas en el 'once' de la Peña como la presencia de Bauti, en la punta de ataque junto a Edu Moral, o las ausencias de Julio César y Pepe Bernal.
Fue el Montuïri el primero en avisar de su mordiente ofensiva, reforzada tras haberle endosado un 'set' al Ferriolense siete días atrás. A los 6 minutos, Sintes erró en boca de gol un pase de Lucas Pou, quien le había ganado la espalda a Fofi en uno de los escasos errores del andaluz. Un nuevo despiste de la Peña, en este caso en un saque de falta ensayado entre Rojals y Calonge pudo suponer el 0-1, pero Nevado no alcanzó el balón en el segundo palo.
La Peña estaba pagando los vaivenes de la semana con una primera media hora horrible, que tuvo su punto cumbre con el clamoroso penalti que cometió Rubén Martínez y que costó el tanto desde los 11 metros del 'crack' visitante Sergi Rojals (min. 31). Por cierto, el árbitro perdonó la expulsión al central de la Peña, que no tuvo ayer su mejor tarde.
El gol espabiló al conjunto ibicenco, que adelantó sus líneas y comenzó a combinar con criterio y profundidad. Piru entró en escena con dos acciones de cierto peligro y el equipo se volcó en ataque, forzando varios saques de esquina. En uno de ellos, Osky botó al segundo palo, donde apareció Edu Moral marcando los tiempos y cabeceando el cuero a la red (min. 41).
Las ofensivas locales no cesaron tras el empate. Los protagonistas del gol calcaron la acción poco después, pero el testarazo de Edu se estrelló con el poste. Llegó el descanso, deseado sin duda por el Montuïri, y Matías Fernández dio un nuevo giro de tuerca. Dejó en la caseta a Bauti y Aparicio, aquejado de problemas físicos, y dio entrada a los jóvenes Pepe Bernal y Cristian Cruz.
La 'nueva' Peña
Salvo un contragolpe en el que Rojals estrelló el balón en el larguero de la portería de Moro (50'), la segunda mitad fue un monólogo de la Peña. El equipo local tenía otro aire, otra actitud. El centro del campo movía el balón con cierta velocidad y Pepe Bernal se encargaba de aportar ambición, calidad y descaro en la línea de tres cuartos de campo.
La Peña estaba recuperando la fe; comenzaba a creer en sus posibilidades y también la grada se sumaba al despertar de su equipo. Con el choque en la recta final, Piru botó una falta lateral que peinó Berto. El balón le cayó a Pando y su disparo en el área pequeña impactó en las manos del defensa Calonge (83'). Edu Moral no falló la pena máxima, culminando la remontada y haciendo justicia al gran estreno de Matías en el banquillo y, sobre todo, al renacer del equipo.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.