Mauri Suriel Castillo (i) y Yermei López (d), posan junto a la redacción de Ultima Hora para el reportaje. | Marco Torres
Pocas horas después de pisar por vez primera la isla de Eivissa, los atletas cubanos Mauri Castillo y Yeimer López experimentaron, con la cautela de todo deportista de primer nivel, las sensaciones que provoca una fiesta con uno de los deejays de moda como es el francés David Guetta. Apenas trasnocharon, pues a lo largo de la mañana de ayer dejaron Sant Antoni para visitar Vila y almorzar en la capital. Así han comenzado a descubrir una isla que difiere mucho del lugar que dejaron hace un año para intentar triunfar en España.
Estos plusmarquistas caribeños de la velocidad y el medio fondo son dos de los invitados de lujo en la 28 edición de la Milla Urbana Isla de Ibiza, cuya prueba reina tendrá lugar esta tarde en el paseo marítimo portmanyí a partir de las 19,15 horas.
En pleno inicio de la pretemporada con el Playas de Castellón, tanto Mauri (27 años) como Yeimer (29) reconocen que será una carrera complicada en la que no parten como favoritos. «Queremos hacerlo lo mejor posible, pero no estamos entrenados todavía. Ahora todo el mundo está de vacaciones y a ver cómo sale», apunta López, especialista en las distancias de 400 y 800 metros, modalidad en la que fue sexto en las últimas Olimpiadas de Pekín.
Castillo es de su misma opinión, y a pesar de ser el referente cubano en los 1.500 metros, augura una discreta carrera: «A pesar de correr esta distancia, llevo sólo tres días entrenando y tengo muchos dolores en las piernas. Haré lo mejor que se pueda, pero lo veo muy difícil. Yo creo que todos me pueden superar, hasta usted si corre», bromea el recórdman caribeño, que posee una mejor marca de 3.38.88.
La conversación toma tintes políticos. Mauri lamenta que en su tierra natal no se dieran las condiciones para alcanzar el máximo nivel: «Como todo atleta, queríamos lograr grandes cosas y allí no teníamos la posibilidad. En Cuba yo era un atleta de 3.42. Nada más pisar España corro 3.38. Dicen que en Cuba los fondistas no sirven; pero no es eso. No ofrecen las condiciones para poder mejorar los resultados. Está visto y comprobado», lamenta Mauri, quien reconoce añorar a su familia. «Lo echamos mucho de menos. Espero que la cosa cambia y que nos dejen entrar, es una injusticia», al tiempo que López recuerda que «al abandonar la delegación, no nos dejan volver».
Desde 2003 vienen realizando competiciones en Europa, por lo que su adaptación a la vida occidental es total. Con un exquisito sentido del humor, ambos convergen en que «la crisis está en todo el mundo». «Los españoles dicen que están en crisis, pero nosotros lo vemos súper bien. En Cuba desde que nacimos estamos en crisis», lanza sonriente Mauri.
Esta tarde, estos espigados atletas pondrán la nota de color a una Milla en la que esperan repetir para volver a una isla que les transporta a su anhelada Cuba.
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