Francisco Vázquez suma y sigue. El ibicenco del Bizkaia Bilbao Basket alcanza este domingo la friolera de los 500 partidos en la liga ACB. El jugador, sin embargo, no mira hacia atrás y piensa que puede dar juego durante algunos años más. Mientras tanto, explica el secreto de su longevidad deportiva: «Nunca he perdido el cariño por el baloncesto. Siempre he amado este deporte». Hay Paco Vázquez para rato.
-¿Cómo definiría en pocas palabras su trayectoria deportiva hasta ahora?
-Creo que sobre todo ha sido bastante estable. Me he mantenido siempre en la ACB desde que llegué y son ya muchos años de forma consecutiva en la máxima categoría. Ya se sabe lo que se dice, que llegar es difícil, pero que mantenerse lo es aún más. Y yo, por suerte, he podido hacerlo durante mucho tiempo. También hay que saber cuándo decir basta, que será cuando pierda la ilusión y las ganas. Entonces será el momento de la despedida.
-¿Cuál es el secreto para aguantar durante tanto tiempo al máximo nivel?
-Sobre todo haber amado el baloncesto desde siempre y no haber perdido ese cariño. El estar siempre ilusionado por entrenar, por todo lo relacionado con el baloncesto, a pesar de que no es sólo lo que se ve y que no todo es bonito. Hay mucha gente que llegado el momento se cansa de este deporte o siente que queda poco del baloncesto que le gustaba de joven. Eso nunca me ha pasado. Lógicamente hay días que estás más cansado y que lo abandonarías todo, pero suelen pasar pronto. También hay que tener un poco de suerte con las lesiones, aunque para eso hay que cuidarse y eso lo he hecho bastante bien en todo este tiempo.
-Eso de cumplir 500 partidos, ¿es para estar contento porque cada vez suma más o para estar triste porque cada vez queda menos?
-Es para estar contento. Sin duda. Ojalá hubiera empezado antes a este nivel. Y es que, aunque debuté en la categoría con 18 años, no empecé ya en serio hasta los 22. Así que se puede decir que llegué tarde a la ACB. En cuanto a tristeza por ver más cerca el final, para nada. Realmente no me planteo esas cosas. En el Manresa coincidí con Chichi Creus y aprendí de él esa actitud de ir año a año. Al final de temporada era el club el que le presionaba para que renovara y él decidía si tenía ganas o no de seguir en activo. Yo haré lo mismo.
-¿Un jugador se retira o le retiran?
-Un poco de todo. Hay jugadores que tienen la suerte de llegar a un club pequeño, en el que pueden seguir mucho tiempo y no se mira su fecha de nacimiento. Un caso así pasó, por ejemplo, en Fuenlabrada, que mantuvo un bloque de jugadores veteranos y les fue bien. Ahí te retiras tú, no te retira. Pero, cuando en un equipo ya juegas poco o dejas de jugar, dejan de verte como alguien válido sólo por tu edad. Al igual que hay que dar la oportunidad a los jóvenes, creo que también deberían dársela a la gente de trentaitantos que aún se conserva en buenas condiciones.
-¿Cómo sienta que, con sólo 36 años, le consideren demasiado viejo para este deporte?
-Por una parte es lógico, pero también es cierto que el deporte ha evolucionado y hay deportistas que duran más años. Siempre hay excepciones. De mi generación, por ejemplo, aún seguimos unos cuantos, aunque es cierto que muchos ya se han retirado. De todas formas, espero que la gente no me vea como un viejo, sino como un jugador con una edad que le ha servido para adquirir mucha experiencia y que físicamente todavía tiene cuerda para rato.
-Esta temporada le toca interpretar un rol secundario en el Bizkaia Bilbao Basket...
-Sí. Sabía a lo que me atenía. Dentro de las opciones que manejaba una era quedarme aquí y aceptar el papel de secundario, tanto en minutos como en juego. Mi función es intentar ayudar al resto de compañeros y aportar mis minutos, defensa y agresividad. Por ahora he jugado muy poco, pero formo parte del equipo y siempre tendré mi oportunidad a lo largo de la temporada.
-Cambiando de tema, ¿por qué, en todos estos años, no ha habido otro jugador/a de su nivel en Eivissa?
-Es algo difícil de saber, porque son un cúmulo de circunstancias. En Eivissa, por la época en la que empecé, era muy complicado, porque había pocos equipos y poca tradición. Ahora hay más equipos y se trabaja mejor, pero quizá debería haber una mayor competitividad. También tiene que darse el caso de que salga algún jugador alto y que tenga cualidades técnicas y físicas y que alguien sepa apreciarlas. Es el caso, por ejemplo, de Javier Medori. Es un jugador físicamente grande y que tiene unas posibles cualidades de cara al futuro. Por eso ha fichado por el Estudiantes. De todas formas es difícil mantener una cantera estable por el tema de la educación y cuando los jóvenes tienen que marchase fuera a estudiar y eso les corta la ilusión. Sin embargo, no dejo de intentar fomentar el trabajo de cantera, porque es algo fundamental.
-¿Cuántos partidos cree que podrá alcanzar en activo?
-La verdad es que no tengo ningún objetivo claro. Ahora cumplo 500 partidos, pero entre competición europea y LEB sumo muchos más. Pero no es cuestión de números. Lo que quiero es seguir trabajando, porque me encuentro en condiciones óptimas y porque creo que puedo seguir algún año más. No tiene porque ser obligatoriamente en la ACB. No me cierro las puertas de jugar en un futuro en LEB, por ejemplo, siempre y cuando las condiciones sean buenas. Eso sí, si veo que no merece la pena, me buscaré otra cosa.
-Por último, ¿cómo cree que será recordado?
-Supongo que dependerá de a quién se lo preguntes. Espero que me recuerden como un buen tirador y como alguien que duró mucho en la ACB aunque, sobre todo, por ser una persona trabajadora y honrada.
Apoyo: «Para mí el mejor deportista pitiuso es Vivancos»
¿Qué es más importante? ¿Cantidad o calidad? Paco Vázquez, con sus casi 500 partidos en una de las mejores ligas del mundo, además de éxitos varios como el bronce en el Europeo de 2001 con la selección española, o el título ACB de 1997/98 con el TDK Manresa, podría ser considerado el mejor deportista de la historia de las Pitiüses. Sin embargo, el jugador no tiene dudas y señala que «el mejor es Felipe Vivancos». «No es lo mismo un deportista de equipo que otro individual. El segundo tiene que luchar solo contra todos, mientras que el otro puede apoyarse en los demás. Vivancos ha estado en unos Juegos Olímpicos y ha sido muchas veces campeón de España», señala Vázquez.
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