La Tercera división balear ya ha calentado motores y las primeras valoraciones dejan grandes sorpresas, fundamentalmente en los dos equipos ibicencos inmersos en la competición. Hay contrastes que matan, y es que la Peña Deportiva, confeccionada para luchar codo con codo con el Atlético Balears por el título de liga tiene que inclinar la cabeza hacia atrás para ver a su vecino, un recién ascendido San Rafael, coliderar la clasificación con un expediente intachable y el cartel de equipo menos goleado con letras mayúsculas.

El conjunto que dirige Luis Rueda parece sumido en el desconcierto y el caos general. No le ha perdido la comba a la competición ya que ocupa el décimo lugar con diez puntos. Pero la sensación que desprende el equipo de Santa Eulària no es muy positiva y menos tras las dos expulsiones sufridas en la primera parte del choque ante el Montüiri (0-0).

A los tres pinchazos que ha padecido el bloque de Rueda hay que unir las bajas de Neftalí y Vicent, dos piezas clave del esquema peñista, para el próximo envite ante el Arenal.

En Sant Rafel la realidad se mira con los cristales de color de rosa. «Nadie pensaría que fuéramos líderes, no nos lo creemos», dijo el lateral Víctor Hurtado tras el 1-0 ante el Poblense. Otros como el técnico mallorquín Enric Cánoves van más allá y aseguran que el equipo de Ormaechea es el tapado: «Sería un fracaso si no acaba entre los seis primeros», señaló tras el desastroso partido de su equipo.

El San Rafael es, sobre todo, un muro defensivo. Tras seis partidos y 540 minutos en Tercera sólo ha recibido dos goles y marcha colíder junto al potente Constància. Santanyí y Balears, otros dos claros favoritos, completan la zona de play off, un emplazamiento que debe alcanzar cuanto antes la Peña Deportiva.