Toni Lima, de espaldas, espera la salida de los jugadores del vestuario de Can Misses al término de la reunión de ayer. Foto: T. S. V.

La primera plantilla de la SE Eivissa ya sabe de primera mano cuál es la situación económica actual del club, que se resume en la palabra de moda en España: crisis. En una reunión que se prolongó durante dos horas y tres cuartos dentro del vestuario del estadio de Can Misses, la directiva transmitió el pobre momento que viven las arcas de la entidad rojilla a sus futbolistas. Éstos ya son conscientes de que la SE Eivissa pretende recortar las fichas hasta que genere nuevos ingresos y pueda hacer frente al cien por cien de los salarios. Eso sí, quien no esté por la labor también tiene otra opción, que no es otra que salir del club aprovechando que el mercado de invierno se mantiene abierto hasta finales del presente mes.

La cita comenzó a las 10,00 horas de la mañana y concluyó a las 12,45. En ella estuvieron presentes los miembros del primer equipo, el abogado Rafael Hernández y diversos directivos tales como Pedro Ortega (presidente), Toni Lima (director técnico), Andoni Valencia (gerente) y Alberto Niño (gabinete de marketing). Lo cierto es que la reunión de ayer no aportó nada nuevo por el hecho de que la directiva, a través de un comunicado de prensa, no aclaró las medidas adoptadas por el club y Raúl Garrido, en nombre de la plantilla, tampoco quiso hablar de ellas, si bien ya se conocían extraoficialmente desde hace tiempo: reducción de un 30 por ciento de las nóminas y opción de adquirir la carta de libertad.

El comunicado del club

El club, en su comunicado, destacó lo siguiente: «Se ha expuesto los diferentes contratiempos que se han suscitado por el incumplimiento de pago por parte de ciertos patrocinadores e inversores, motivo que ha originado la actual situación, provocando el retraso en el abono de los salarios del personal y la plantilla (...). Se ha llegado a un acuerdo sobre las medidas a tomar, que permitan la puesta al día a todos los interesados de sus percepciones pendientes de cobro, y una planificación de futuro de los gastos pendientes para la presente temporada, que redunde en la necesaria estabilidad económica y deportiva de esta entidad, que es el objetivo que todos perseguimos».

Tras la reunión, 16 jugadores, tres de ellos del filial, saltaron al césped artificial de Can Misses para realizar una ligera sesión física de 45 minutos. Juan Carlos Sanz se ejercitó a menor ritmo debido a una torcedura que no le impedirá jugar este fin de semana, mientras que Julien y Raúl Garrido se quedaron en la enfermería. Tampoco se entrenó Carlos López, pichichi del filial. El delantero acudió a Can Misses para seguir negociando su salida del club. Sin embargo, éste parece que quiere aplazar su adiós hasta la próxima semana dado que Quique Yagüe no dispone de delanteros para el próximo encuentro -Pisano y Javi Moreno causaron baja, y Julien está sancionado.

El hecho de no contar con una plantilla competitiva también ha provocado que el técnico medite su salida, lo cual dependerá, en buena parte de la cantidad de jugadores que acabe saliendo de la SE Eivissa. El míster no quiere que se repita lo del partido ante el Orihuela, en el que jugó con lo puesto, y de continuar la situación así estudiaría seriamente la posibilidad de marcharse.

Raúl Garrido, capitán de la SE Eivissa, consideró «positiva» la reunión entre los jugadores y la directiva, pues «era necesario que nos expusieran la situación real y la afrontemos de manera conjunta». «La situación es delicada y complicada. No escapa a nadie que hay una crisis general y no es ajena al club. Es evidente que hay problemas económicos. Nos han expuesto cuáles son y las soluciones que se quieren tomar. Nosotros, por lo menos, ya sabemos algo de manera oficial», explicó el jugador, quien prefirió no hablar de la postura que tomarán los futbolistas: «Es una situación muy individual. Cada uno tiene que decidir cuál es su futuro y qué cree conveniente. No puedo decir lo que cada uno va a hacer». Tampoco quiso hablar de las decisiones adoptadas por los directivos: «Prefiero no entrar en valoraciones. Si ellos hacen públicas las medidas, que sean ellos quienes las digan. Los jugadores tenemos el compromiso de no hablar, porque son temas muy personales y delicados. Simplemente, nos han expuesto cuál es la situación y cada uno decidirá si está dispuesto a seguir adelante o a marcharse».