Efe MADRID

Andy Murray se proclamó vencedor del torneo de Abu Dhabi tras imponerse por 6-4, 5-7 y 6-3 a Rafa Nadal. «Han sido increíble estos tres días. Andy ha jugado mucho mejor que yo y si sigue a este nivel, incluso puede ganar el Abierto de Australia. Ha sido una buena prueba para mí este torneo y me voy bastante contento», aseguró el mallorquín nada más acabar el partido.

El partido comenzó bien para Murray que en 48 minutos se apuntó la primera manga, en la que sólo estuvo en desventaja tras el primer juego y en la que rompió dos veces el servicio del mallorquín (1-2 y 4-5), que sólo lo recuperó por una doble falta del escocés en el octavo punto (4-4).

Errores

Los inusuales errores del número uno del mundo y el acierto en el saque del escocés decantaron a favor de éste el primer set, que se adelantó 30-0 con una subida a la red tras la que Nadal reaccionó (30-15) pero envió una bola demasiado larga con la que regaló la manga a su rival (4-6). Nadal volvió a adelantarse en el inicio del segundo set, pero Murray anuló su ventaja y el partido atravesó momentos decisivos con 2-2 en el marcador, desequilibrado a favor del número cuatro del mundo.

Dos fallos de Nadal colocaron a Murray con una primera opción de romperle de nuevo el servicio que no acertó a consumar, pero el mallorquín, con ventaja para anotarse el punto, cometió una doble falta que facilitó otra igualada y marró una devolución que permitió al escocer hacer otra rotura y situarse con 2-3.

La nueva desventaja fue un revulsivo para Nadal que rompió el servicio de Murray en el siguiente juego (3-3) y se anotó el otro en blanco (4-3). El escocés empezó a descentrarse y aunque logró igualar el marcados dos veces cometió un error decisivo para que el set cayera del lado del español por 7-5 y todo se dilucidara en la tercera.

El sobrado talento de Murray se impuso en el tercer set, cuando se decidió a atacar con más solvencia. Rompió en el séptimo juego, cuando los dos jugadores corrían con un desmayo impropio de una exhibición y ganó tres juegos consecutivos para alzarse con el título después de disponer de tres bolas de partido.