El español Fernando Alonso (Renault) consiguió cerrar el Campeonato del Mundo de Fórmula Uno del 2008 con un notable, pese a que durante los dos primeros tercios de la temporada apuntaba a un claro suspenso por las carencias mecánicas de su monoplaza.
En la parte final del campeonato Alonso pasó de pelear a duras penas por entrar en la zona de puntos a lograr dos triunfos (Singapur y Japón) y un segundo puesto de cierre en Brasil. El español llegó a descartar cualquier opción de luchar por el triunfo en ninguno de los grandes premios del calendario, pero al final las mejoras experimentadas por su coche le permitieron lograr lo que parecía impensable.
«La última parte del campeonato fue buenísima y pude aprovechar el trabajo del equipo para obtener buenos resultados. Pero el campeonato comenzó en Australia, y allí no teníamos el nivel necesario. Para ganar el campeonato hay que estar bien desde el primer momento», señaló Alonso, que esta semana, presumiblemente el miércoles, debe anunciar en qué equipo competirá en el 2009.
El piloto asturiano comenzó la temporada con un hasta prometedor cuarto puesto en Australia, pero a este casi-podio le siguieron un octavo puesto en Malasia, un décimo en Bahrein, un abandono en España, un sexto en Turquía, un décimo en Mónaco, una nueva retirada en Canadá, un octavo en Francia, un sexto en Gran Bretaña y un undécimo en Alemania.
El punto de inflexión de la temporada de Fernando Alonso comenzó a producirse en el Gran Premio de Hungría (4º). En la siguiente carrera Alonso sumó su segundo abandono en suelo español de la temporada, en Valencia, tras ser embestido por detrás por el japonés Kazuki Nakajima (Williams-Toyota). Pero luego llegaron dos cuartos puestos consecutivos, en Bélgica y Singapur, con una notable mejoría en las prestaciones del R28.
Y llegó la carrera de Singapur, la primera prueba nocturna de la historia del Mundial de Fórmula Uno. Antes de comenzar a rodar, Alonso, pese a ser consciente de que su coche había cambiado, siguió viendo «prácticamente imposible» cualquier opción de hacer algo sonado. Pero toda la mala fortuna que le persiguió durante las anteriores citas se transformó en suerte en el Gran Premio. Alonso salió decimoquinto, pero consiguió apuntarse su primer triunfo de la temporada y el vigésimo de su vida.
A la siguiente carrera, en Japón, Alonso llegó con optimismo y sumó su segundo triunfo seguido. Alonso era en ese instante el piloto que más puntos había sumado en las seis últimas carreras.
Un cuarto puesto en China y una segunda plaza en Brasil acabaron de enderezar lo que llegó a ser un desastre. Renault encontró el rumbo, aunque ya al final del año y cuando era muy tarde. En la segunda mitad de la temporada las nueve carreras que hay entre Alemania y Brasil, Alonso ha sumado 48 puntos, dos menos que el campeón del mundo Hamilton y uno menos que el brasileño Felipe Massa, mientras que en las nueve primeras tan solo sumó trece.
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