Rafa Nadal ofrece una nueva exhibición

El mallorquín, eliminado a la primera en Roma la semana anterior por su compatriota Juan Carlos Ferrero, recuperó su nivel cuando faltan siete días para comenzar su torneo predilecto, el Roland Garros, para imponerse en Hamburgo al número tres mundial, el serbio Novak Djokovic, y a Federer. Casi nada.

Asimismo, se tomó revancha sobre este último, que en la edición anterior del torneo le había derrotado en la final, poniendo entonces fin a una serie impresionante de 81 partidos ganados sobre polvo de ladrillo.

Además, el balear cortó la racha de cuatro títulos seguidos y 21 victorias en la arcilla hamburguesa del número uno.

«Esta victoria es muy especial para mí. Me da un poco de pena por Roger, puesto que jugó muy bien», declaró Nadal, muy contento tras el partido. Por su parte, el helvético encajó bien la victoria y se congratuló porque el torneo significó una buena preparación para Roland Garros, el único torneo de Grand Slam que nunca ha logrado ganar hasta ahora.

«Por supuesto, habría preferido ganar. Ello me habría dado todavía más confianza para París, pero la diferencia entre la derrota y la victoria en esta final fue mínima. Si miro el desarrollo del encuentro, puedo decir que voy por el buen camino», dijo, sonriendo, el número uno mundial.

Rafa comenzó mal, pero después de quedar 5-1 abajo en el primer set, le dio la vuelta y se impuso por 7-5 a pesar de haber tenido que ser asistido por el médico del torneo por unos dolores en el cuadríceps del muslo derecho. Esta pausa le favoreció, dado que Federer se fue del partido y le permitió ganar seis juegos consecutivos.

En el segundo set, el suizo volvió a escaparse y se puso 4-1 y después 5-3, pero el español forzó el tie-break, que a la postre el suizo ganó por 7-3.

La tercera manga fue casi un monólogo de Nadal, que tomó el control absoluto del partido, poniéndose 4-1, luego 5-2 y logrando el ansiado título tras el 6-3. Ahora, a pensar en el Roland Garros.