R. J. Palomo Adrián Rosa, central titular de la Peña Deportiva de Santa Eulària, tiene mucho motivos para estar contento en su actual club, después de un intenso pasado deportivo en el que recorrió buena parte de España buscando su futuro.

A sus 21 años, Adrián regresó el pasado verano a su localidad natal, la Villa del Río, tras su paso por equipos como la Cultural Leonesa, el Santa Comba (filial del Pontevedra) o el mismísimo Córdoba de Javi Moreno. Nada cuajó entonces, pero su ilusión por el fútbol ha renacido en la Peña de Dani Mori.

El regreso a su club de procedencia fue un tanto casual. Muriana, segundo de Mori, conocía al joven central, que empezó en el equipo de Regional Preferente, y aconsejó al técnico asturiano que entrenara con el primer equipo. Los hechos han demostrado que Dani Mori descubrió un auténtico potencial para su zaga. El 1.95 de altura del jugador ha reforzado una de las mejores defensas de la liga.

«Estoy contento con él. Fue una gran sorpresa. Está trabajando genial y tiene al lado a Nacho Villodre, un gran apoyo para él. Yo creo que tiene un gran potencial y a nivel fisico-táctico es un portento. Tiene que seguir trabajando con la misma humildad y hacerme caso, porque tiene muchas cualidades», reconoce el entrenador de la Peña.

Adrián comenzó la temporada en el banquillo, pero pronto asumió la titularidad en el puesto de Berto, y ya es uno de los fijos en el once del tercer clasificado de la Tercera balear. Tan grande fue su progreso que equipos punteros de la categoría se interesaron por él en el mercado invernal.

«En diciembre tuvo oportunidad de irse a otro club, pero estaba comprometido con nuestro proyecto y le dije que se quedase», señala Dani Mori, que añade sobre el futbolista ibicenco que le «tiene un cariño especial», aunque matiza que «todos son iguales. Cada día nos vemos, son mi familia y defienden mis propios intereses».