Los jugadores de la Peña celebran el gol de Xicu. Foto: G.G. LAMA

La maldición del Eivissa sigue en pie, al menos una temporada más. La Peña Deportiva volvió a llevarse el derbi ante el conjunto bermellón y suma ya ocho victorias de forma consecutiva en el Municipal de Santa Eulària, un campo donde los de Vila no arrancan los tres puntos desde la temporada 1991/92. Y de eso hace ya la friolera de quince años.

El encuentro parecía abocado al empate, hasta que apareció la figura de Vallori. El central mallorquín de la Peña había avisado en el minuto 70 con un remate que Gaspar detuvo con solvencia. Dos minutos después no falló y, tras cabecear, de forma poco ortodoxa, eso sí, un lanzamiento de falta de Romero, batió al guardameta del Eivissa. Era el segundo gol decisivo que logra Vallori en un derbi puesto que, en la temporada 2004/05, fue el autor del gol de la victoria en el minuto 92 del partido que la Peña ganó 3-2 después de que el conjunto bermellón remontase un 2-0 adverso. Su gol de ayer, como pasó entonces, valía su peso en oro.

Este resultado era fundamental para la Peña, que vuelve a creer en sus posibilidades después de un bache de resultados en casa y se coloca a sólo seis puntos de su rival y empatado en la cuarta posición con el Manacor. Para el Eivissa la derrota es un serio paso atrás, sobre todo en credibilidad, pero no acarrea consecuencias en la clasificación y sigue líder.

El partido estaba en su fase de tanteo cuando llegó el primer gol. Rivas falló a la hora de atajar un remate de cabeza del francés Julien y Peña, muy atento, remachó el balón al fondo de la red. Era el minuto 9 y el derbi se le ponía muy cuesta arriba al equipo de casa. Pero si por algo destaca la Peña es por su solidez a prueba de bombas. Lejos de hundirse, el equipo de Paco Marín se fue hacia arriba y, sólo seis minutos después, alcanzó su premio. Xicu recogió un balón muerto dentro del área después de un mal despeje de Castillo y batió a Gaspar de disparo cruzado en el minuto 15.

Este gol volvió a poner las cosas en su sitio. La Peña, después del error del primer gol, no volvió a dar facilidades en defensa. La baja por lesión de Íñigo había restado capacidad ofensiva al equipo, pero daba más músculo al centro del campo con la entrada de un hombre de corte defensivo como Diego Romero. Por tanto, era difícil que el Eivissa encontrara hueco entre tanto zaguero. Xavi Gràcia y Raúl Garrido intentaron tocar el balón con criterio, aunque no lograron conectar en ningún momento ni con Peña ni con Julien, que a excepción de la jugada del primer tanto pasó sin pena ni gloria por el partido. Mientras, la Peña sólo lo intentaba desde lejos o a balón parado, sin inquietar demasiado la meta de Gaspar. De esta forma, y sin ocasiones de gol reseñables, se llegó al descanso.

El segundo tiempo no presentó novedades en ninguno de los dos equipos. La Peña seguía apostando por su juego directo y el Eivissa confiaba en la calidad de alguno de sus hombre s para desnivelar el partido. La sensación era que el equipo de Elcacho podía decantar el partido a su favor, como demostró Xavi Gràcia en un saque de esquina directo desde la izquierda que Rivas tocó ligeramente y se estrelló en el travesaño. Pero era más una sensación de peligro que peligro real.