Julien, que volvió a marcar, trata de alcanzar una pelota que atrapa Jesús, el portero menorquín. Foto: SONIA GAITÁN

Iván Muñoz
Dejándonos llevar por el romanticismo podríamos decir que la redonda y abultada luna que apareció sobre uno de los fondos de Can Misses en la segunda parte fue el poderoso influjo que empujó a un Eivissa oscuro durante los primeros 45 minutos a desplegar en la reanudación el mejor juego de todo el campeonato. Pero aunque el fútbol tenga algo de mágico e inexplicable -por eso nos encanta- lo cierto es que la metamorfosis del equipo bermellón obedeció más a cuestiones lógicas que relacionadas con los astros. Y eso que algo de fortuna hubo, porque un partido totalmente distinto se habría visto si Buti no hubiera neutralizado de lanzamiento de falta la ventaja visitante a los dos minutos de que estos rompieran la virginidad de la portería de Gaspar en casa esta temporada. Había apretado el Atlético Ciutadella durante toda la primera parte desplegándose bien por bandas cuando le robaba el balón a un Eivissa que no lograba carburar. La novedad de Marcio Vieira como interior izquierdo y Peña por la derecha no facilitaba la salida de un equipo en el que volvió a quedar claro que Raúl Garrido y Xavi Gràcia no mezclan bien como pareja en el centro del campo. Los locales se mostraban consistentes en defensa, en gran parte gracias al trabajo de Rial, incomensurable como siempre y que se llevó la ovación de la tarde cuando fue sustituido en la segunda mitad. Pero las pocas ocasiones claras fueron para los menorquines, que lograron el gol en el minuto 38 por mediación de Alzina, que recibió un balón metido a la espalda de la defensa por David.

Visto lo dicho, Luis Elcacho decidió mover las piezas en el vestuario. Desplazó a Raúl Garrido a la banda derecha adelantando a Peña a la media punta, y retiró al desafortunado Marcio para dar entrada a Isi por la izquierda. El equipo ganó en movilidad debido a que Xavi Gràcia tuvo más libertad en el centro del campo, pero sobre todo porque Isi demostró que no sólo se parece a Gattuso físicamente sino que tiene tanta fuerza e incluso algo más de técnica -aunque esto no es difícil- que el italiano. De repente cada uno pareció encontrarse en el sitio al que los dioses le habían predestinado y desplegaron un juego que permitió a los lugareños recordas épocas gloriosas. En el minuto 53, Julien volvió a ser el de las primeras jornadas y cedió el balón a Raúl Garrido tras partir a los centrales contrarios , algunos de los cuales pedían fuera de juego, para que este se revelara como un excelente definidor ajustando el balón al palo derecho. El francés se reencontraría con el gol cinco minutos después, en otra oleada atacante en la que participaron Garrido e Isi. Y aunque Gaspar tuviera que lucirse para atajar un lanzamiento de Marcos, fue Xavi Gràcia el que demostró de jugada individual que también sabe marcar. Con el 4-1 los bermellones se gustaron pero no se ensaño con su víctima. Su meta ya no es infranqueable en casa, pero siguen siendo imbatibles.

Luis Elcacho, entrenador de la SD Eivissa, no pensaba al término del partido que su equipo hubiera jugado mal durante la primera parte, pero sí que no lo había hecho de la forma que él pretende: «En la primera parte nos hemos atascado un poco con venir a recibir todos el balón y pocas aperturas. Hemos tenido que encajar el primer gol en casa para despertar». El técnico catalán está satisfecho por ver a sus hombres asimilar sus ideas : «Cada uno tiene sus características y a los futbolistas de cierta edad es difícil cambiarlos, pero tienen la voluntad de hacerlo y eso es clave».