Zaabriskie, de 25 años, remató en solitario una escapada de
principio a fin, es decir de 165 kilómetros, algo «que no estaba
planificado, que salió así». Entró victorioso con un tiempo de
4:05.31 y una ventaja de 1.11 respecto al pelotón comandado por el
italiano Petacchi, en el que entraba tras tremendo sufrimiento
Alejandro Valverde.
El líder del Comunitat Valenciana cortó la respiración de la
Vuelta cuando en el kilómetro 7 sufría un enganchón en su cadena a
la hora de efectuar un cambio en su bicicleta.
Esta maniobra le desequilibró y fue a estrellarse contra un
guardarrail tras dar una vuelta de campana. «Algo impresionante»,
según su compañero García Quesada, quien contaba como su jefe de
filas había dado con la cabeza en el suelo».
Con Valverde en el suelo, con las rodillas heridas y contusiones
en todo el cuerpo y el casco y maillot destrozados, el pelotón se
desentendió del corredor que marchaba escapado, de Zabriskie, y
decidió esperar al compañero que lloraba mientras era atendido por
los médicos. «No te preocupes, que Rominger ganó una Vuelta después
de una caída», le animó el doctor Irigoyen.
La victoria de la jornada fue del pelotón, un éxito colectivo en
forma de solidaridad. Nadie aprovechó la coyuntura para desquitarse
de un rival directo, como sucedió en el pasado Tour en el
adoquinado camino de Wasquehal, cuando Iban Mayo perdió cualquier
opción de podio, y eran las primeras etapas.
El gesto del grupo fue apreciado por el director del Comunidad
Valenciana-Kelme, Vicente Belda, y se apresuró en plena etapa a dar
las gracias a todos los corredores. Hubo dudas sobre si Valverde
podría terminar, pero a base de sacrificio y la inestimable ayuda
de todos sus compañeros de equipo logró presentarse en Caravaca
como uno más del pelotón.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.