Adrián R. Huber|NÚRBURGRING
El alemán Michael Schumacher logró ayer su sexto triunfo del año
-en siete pruebas- y encabezó un nuevo doblete de la escudería
Ferrari al ganar en Nürburgring, por delante del brasileño Rubens
Barrichello, el Gran Premio de Europa, en el que el español
Fernando Alonso acabó quinto. Esuperdepredador de los circuitos
sigue engrosando la nómina y el tamaño de sus plusmarcas. En una
nueva exhibición ante el público alemán, Schumacher añadió otra
«pole» y otra vuelta rápida a su victoria número 76, con la que
amplió a 25 las que le saca al segundo clasificado en esa relación
histórica, el francés Alain Prost. Además, se convirtió en el único
piloto en ganar cuatro veces en el mítico Nürburgring (con
anterioridad lo hizo en 1995 -con Benetton-, 2000 y 2001),
rompiendo el empate que le unía a otros dos «históricos», el
argentino Juan Manuel Fangio (ganador en 1954, 56 y 57) y el
escocés Jackie Stewart (que lo hizo en 1968, 1971 y 1973).
Schumi optimizó las prestaciones de sus neumáticos Bridgestone,
rodó a una media de 200 kilómetros a la hora y cubrió los casi 309
kilómetros en un tiempo ganador de una hora, 32 minutos y 35
segundos, 18 menos que Barrichello, con el que protagonizó el
décimo noveno triunfo doble, engordando otra de sus plusmarcas en
la F-1. El alemán dominó prácticamente de principio a fin, con una
estrategia a tres paradas -en las vueltas 8, 28 y 44-, una más que
Rubinho -que paró en la 15 y en la 38- y las mismas que Jenson
Button (BAR Honda), que les acompañó en un podio al que el inglés
ya ha subido cinco veces esta temporada. La carrera plasmó con
claridad el estado actual de la Fórmula Uno y, de tal forma, los
cinco primeros en Nürburgring coinciden con el quinteto que
encabeza el Mundial. El español Alonso acabó quinto, por detrás de
su compañero italiano, Jarno Trulli, que venía de frenar
parcialmente la hegemonía de Schumi en Montecarlo, y avanzó un
puesto en la general, en detrimento del colombiano Juan Pablo
Montoya, que sólo fue octavo en un día malo para Williams-BMW, en
el que el «hermanísimo» Ralf acabó su puesta en escena a las
primeras de cambio, en la primera curva, tras tocarse con el
suramericano poco después de ver la luz verde.
La salida de Alonso, sexto en la calificación, fue, de nuevo,
sensacional. El español arrancó con grandes reflejos y supo echarse
a la izquierda antes de entrar en la primera curva, con lo que
evitó verse involucrado de rebote en el encontronazo de Ralf y
Montoya. Tras el primer giro ya era tercero, por detrás de Schumi y
del finlandés Kimi Raikonen, que, al igual que su colega escocés
David Coulthard, rompió el motor, firmando una nueva pifia de
McLaren-Mercedes. Schumacher -ataviado con un brazalete negro en
señal de duelo por el fallecimiento de Umberto Agnelli, patrón del
grupo FIAT, al que pertenece la «Scuderia»- fue abriendo hueco con
rapidez, por delante de Raikkonen, Alonso y de Takuma Sato
(BAR-Honda), primer japonés que sale desde la primera fila en una
carrera de Fórmula Uno.
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