Sergio Morro. VALENCIA
El Deportivo de A Coruña se llevó su tercera Supercopa de España
ante un Valencia mutilado, que se quedó con diez en el minuto 2 por
la expulsión de Ayala, y al que venció por 0-1 con tanto de Víctor
en el minuto 92.
El partido antes de comenzar ya era un misión imposible para el
Valencia que tenía que remontar tres goles, pero en el segundo
minuto de partido se convirtió en una Misión Imposible II cuando el
colegiado expulsó por roja directa al valencianista Ayala por un
codazo a Makaay, en la disputa aérea de un balón.
El choque se rompió. Con todo el encuentro por delante el
Deportivo jugó con el marcador a favor de la ida y una superioridad
numérica, que sin embargo fue incapaz de aprovechar por la poca
ambición de sus jugadores. Los de Irureta se mostraron timoratos de
cara a portería y además Cañizares se agrandó para desbaratar dos
claras ocasiones de gol, una de Makaay (min. 7) y otra de Víctor
(min. 47). Ninguno de los dos supo culminar un uno contra uno
frente al guardameta local.
El Valencia lejos de arrugarse por la expulsión de Ayala se
mostró como un equipo valiente. Benítez no reforzó la defensa y
jugó sólo con tres zagueros. Aún suspiraba por la remontada. El
Deportivo ni presionó, ni tuvo la posesión del balón, se conformó
con quedarse a guardar la portería de Molina. Una pobre imagen la
del campeón de Copa de la que sólo se salvó Valerón que se movió
bien y más con tantos espacios.
Los locales hilvanaron varias jugadas de peligro tanto por el
centro, con un omnipresente Baraja y un voluntarioso Aimar, como
por la izquierda donde lo intentó Vicente, hasta que Benítez lo
cambió de banda. Angulo fue una rémora en ataque y se desentendió
de la tareas defensivas.
El Deportivo desplegó las alas cuando salió tras el descanso.
Los de Irureta lavaron la imagen de la primera mitad y ahora sí
aprovecharon un partido de ida y vuelta para acercarse a la
portería de Cañizares con más sentido. Sin embargo, en el minuto 58
fue Salva el que tuvo en su cabeza el primer gol pero su tiro salió
demasiado paralelo a la portería. Dos minutos después Vicente probó
fortuna con un lanzamiento lejano que Molina desvió con
problemas.
El Valencia jugó la última media hora a la desesperada, más que
para voltear el 3-0 para por lo menos ganar ante su afición.
Mientras, el conjunto gallego trató de meter el choque en la nevera
para enfriarlo. En el minuto 92 con el encuentro roto, Víctor se
plantó solo ante Cañizares y lo batió de vaselina.
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