Efe. SEOGWIPO (COREA).
Ni Alemania ni Paraguay quisieron tener el balón y controlar el
partido, por lo que el primer tiempo fue a la deriva, casi sin
opciones de gol, pero también sin jugadas hilvanadas, ni una mala
acción que llevarse a la boca.
Ballack y Acuña, los cerebros de cada equipo, se anularon
mutuamente, y el juego careció de imaginación y de jugadas
trenzadas a no ser el bonito control de Jorge Campos en el minuto
37, que terminó con un potente disparo que obligó a lucirse a Kahn.
El jugador acaba de entrar en el terreno de juego en sustitución de
Roque Santa Cruz, que se retiró cojeando de una pierna.
El conjunto paraguayo perdió centímetros en el ataque, pero ganó
en velocidad, puesto que el delantero de Universidad Católica de
Chile es uno de esos jugadores rápidos y corretones capaces de
poner en apuros a las defensas pesadas y duras, como lo fue la
alemana.
Pero el partido no estaba pensado para Campos. Era un duelo de
balonazos que, generalmente salían de los pies de Chilavert y de
Kahn, los dos porteros que batieron el récord del mundo de centros
desde el área.
Y el resto fue una pugna entre centrales y delanteros que
ganaron los primeros, por lo que todo el bagaje ofensivo se limitó
a disparos desde fuera del área, con más o menos peligro, pero sin
inquietar en exceso a los porteros, que lo menos que hicieron fue
parar.
El segundo tiempo pareció empezar bajo otro signo, porque apenas
puesto el balón en juego, Neuville gozó de la mejor ocasión del
partido, pero no estuvo lo suficientemente hábil como para salvar a
Chilavert.
Luego el partido recuperó el guión de la primera mitad, con
balonazos a los delanteros y ausencia total de juego en el centro
del campo, si exceptuamos una bonita combinación entre Acuña y
Campos que el delantero terminó con un fuerte disparo detenido por
Kahn.
Sólo en la recta final del partido Alemania se decidió a
controlar el juego, abrió el juego a las bandas y creó algo más de
peligro, aunque todas las jugadas terminaban con remates de cabeza
que no fueron certeros.
Hasta que en el minuto 88 Schneider acertó a irse de su defensor
por la banda, puso un buen balón al primer palo que cogió
descolocada a la zaga y permitió a Neuville marcar el tanto de la
victoria.
Le quedaba poco tiempo a Paraguay para remontar y menos
esperanza. Agotados, los sudamericanos apenas tuvieron ocasión de
marcar el tanto del empate que hubiera prolongado su vida, ni con
la entrada de Nelson Cuevas, el héroe contra Eslovenia.
En un arrebato de impotencia, Acuña se hizo expulsar por una
agresión a Ballack. El alemán ganó la partida y su equipo el
encuentro y el pase a cuartos.
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