Tras la debacle de Francia y Argentina, Brasil ya no se fía y
necesita una victoria que confirme su nueva condición de gran
favorito. El conjunto de Luiz Felipe Scolari, que llegó a Asia en
medio de las críticas que provocó una penosa fase de clasificación,
se ha encontrado de pronto encumbrado a la condición de máximo
aspirante al título, por sus aciertos en los dos primeros partidos
y por los errores de sus rivales. Por eso, Brasil, que ya está
clasificado para los octavos de final, necesita la victoria. Quiere
convencer y viajar a Japón como líder del grupo, lo que no impide
que Scolari, que hoy cumple un año al frente del «tetracampeón»,
haga cambios en la alineación inicial.
El ansia de triunfos de Brasil choca con la esperanza de Costa
Rica de igualar, cuando menos, la clasificación a la segunda ronda
lograda en su anterior participación en un Mundial. Alexandre
Guimaraes, que vuelve a enfrentarse a la selección de su país de
origen, en esta ocasión como seleccionador, mantiene las dudas de
Harold Wallace y Wilmer López, con sendas contracturas. Frente a lo
que ocurrió en Italia´90, cuando Costa Rica jugó con «miedo» frente
a su rival, según reconoció el único superviviente de entonces,
Hernán Medford, la actual selección «tica» se siente en disposición
de jugar de tú a tú al conjunto brasileño.
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