Fernando Morientes, sin camiseta y ante Carles Puyol, celebra el segundo gol de la selección española.
08/06/02 0:00
Jenaro Lorente (Efe) JEONJU
España firmó
de forma matemática el pase a los octavos de final del Mundial con
un triunfo muy trabajado en un partido que se le puso muy cuesta
arriba y que arregló Fernando Morientes en la segunda mitad. El
delantero madridista, que llegó a Corea sin hacer ruido y con todas
la papeletas para ocupar banquillo, fue el hombre del encuentro. Su
entrada al terreno de juego al comienzo del segundo período en
sustitución de un desastroso Diego Tristán, fue talismán para el
conjunto de José Antonio Camacho.
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