S.M.C.-C.G.C. El ambiente que rodeó al partido tuvo una expectación inusitada ya que el pabellón casi se llenó para presenciar el segundo partido de semifinales celebrado en Madrid, algo que no sucede habitualmente. Pero el partido de ida donde el pabellón de Santa Eulària estuvo lleno a rebosar merecía una respuesta.

Alrededor de 1.000 personas estuvieron presentes en el encuentro y se preparó, durante días y auspiciado por el Ayuntamiento local, un ambiente en contra del PDV. El Rivas Futura realizó una campaña durante toda la semana para calentar los ánimos bajo el lema: 'Eivissa fue una hoguera; Rivas debe ser un infierno'. El ambiente fue realmente hostil, según relató a través de una emisora local el ex técnico del Sa Graduada, Marco Marcos. En este punto también incidió el presidente del club Toni Marí y el director técnico del mismo, Víctor Torres, quienes destacaron que se notó mucho en el pabellón la campaña realizada desde el Ayuntamiento. La presión del público madrileño fue determinante, sobre todo, en el aspecto arbitral donde los colegiados realizaron un arbitraje casero con decisiones polémicas.

En las gradas las voces ibicencas se dejaron sentir, tal y como prometían, aunque menos de las esperadas. Unas cincuenta personas se trasladaron a Rivas Vaciamadrid para poder ver en directo el ascenso del PDV, que al final quedó aplazado a la jornada de mañana. Esta vez, en el palco de honor no estuvo el alcalde de Santa Eulària, Vicent Guasch, aunque sí estuvieron el concejal de Puig d'en Valls, Vicente Torres, y el director de las instalaciones deportivas del municipio, Juanjo Serra. En representación del Consell Insular de Eivissa y Formentera acudió Xicu Ribas, en calidad de coordinador deportivo de la administración insular. En fin, las jugadoras pudieron ver un poco de la casa que siempre es grato en un pabellón repleto de aficionados rivales. En la grada estuvo Lidia Gor, por ejemplo, y jugadoras de las categorías inferiores, directiva, madres y padres.