JUAN ANTONIO LADÓS (EFE)
Alex Crivillé no tuvo el santo de cara en todo el fin de semana y después de sufrir dos caídas casi consecutivas en la segunda y última jornada de entrenamientos que le dejaron sin opciones de mejorar la puesta a punto de su moto, volvió a caerse en la carrera. El italiano Loris Capirossi, del equipo Honda de Sito Pons, fue quien más regular se mostró a lo largo de toda la carrera, como también Checa, pues mantuvieron un ritmo constante y sólo atacaron cuando tuvieron realmente la necesidad de hacerlo.

El italiano, que marcó la pauta de la carrera, se encontró en las últimas vueltas con la dura oposición de Valentino Rossi y Max Biaggi; pero la ambición de ambos pudo más que su serenidad de pilotaje y tanto el uno como el otro se fueron por los suelos y mientras Capirossi ganaba la carrera, el español se colocaba segundo en el podio italiano.

Ambos, Biaggi y Rossi, tuvieron arrestos suficientes para levantarse y arrancar la moto, pero de luchar por la victoria acabaron en novena posición el primero y duodécima el segundo.

El japonés Shinya Nakano (Yamaha) supo templar y mandar en la carrera de 250 c.c. al esperar que se clarificara el desarrollo de la misma para protagonizar un ataque al que su único rival y compañero de equipo, el francés Olivier Jacque, no pudo responder y con ello rompieron una racha de años de los pilotos Aprilia.

Loris Capirossi (Honda) dominó casi de principio a fin el Gran Premio de Italia de 500 c.c., ganó el duelo italiano de final incierto que protagonizó junto a sus compatriotas Rossi (Honda) y Biaggi (Yamaha), en tanto que Checa (Yamaha) se benefició de esos últimos avatares para acabar segundo e igualar al líder del campeonato.