EUROPA PRESS - ITALIA
Mario Cipollini, corredor italiano del equipo Saeco, es la nueva maglia rosa del Giro de Italia en su edición 83 tras la primera etapa disputada ayer, en la que se impuso el italiano del equipo Mobilvetta Ivan Quaranta.

Cipollini hizo valer el buen resultado obtenido en la jornada prólogo del domingo, en la que se quedó a sólo cuatro segundos de Jan Hruska (Vitalicio Seguros), para conseguir el jersey de líder al sumar las bonificaciones en el intergiro. Javier Mínguez, director del Vitalicio, ya reconoció tras el final de la primera jornada que la misión de mantener la maglia en la etapa de ayer era poco menos que imposible ya que es muy difícil controlar las bonificaciones que se dan a lo largo de la jornada.

Con la maglia rosa en su poder desde mitad de carrera y el contratiempo que sufrió su equipo en los últimos kilómetros, el mejor sprinter del pelotón mundial no disputó en condiciones la primera volata del Giro, que se adjudicó el llegador del Mobilvetta Ivan Quaranta, por delante de Marco Zanotti del Liquigas y Steven de Jongh, del equipo Rabobank.

A falta de diez kilómetros para el final de la etapa una montonera en el centro del pelotón partió al grupo en dos. El principal perjudicado fue Paolo Savoldelli, jefe de filas del Saeco, el equipo de Cipollini, que tuvo que dejar de trabajar para su sprinter para ayudar a su líder a reintegrarse al seno del grupo principal.

El trabajo de los gregarios del Saeco dio su fruto y Savoldelli llegó sin mayores problemas al pelotón, con lo que mantiene su privilegiada posición de cara al triunfo final. Sin embargo, el equipo italiano sacrificó la preparación del sprint de Cipollini, que no pudo disputar la victoria final al verse solo en los últimos metros.

La etapa siguió el guión que se esperaba. Una etapa corta, con lo que esto suele suponer en cuestión de combatividad y problemas para controlar el pelotón. Sin embargo, el hecho de que las fuerzas aún estén intactas y las complicadas etapas que esperan a los sprinters hicieron que esta primera etapa fuese un remanso de paz y tuviese un destino anunciado: el primer sprint de este Giro de Italia.