Emoción, sinceridad y seguridad son solo tres de las sensaciones que transmite Blas Cantó cuando se sube al escenario del Ahoy Arena de Róterdam. Así ha sucedido en su tercer ensayo de la apuesta española para el Festival de Eurovisión 2021, Voy a quedarme.
Seguro vocalmente, tanto en las emocionantes capellas de inicio y final del tema, que confieren intimidad a su interpretación; como en el crescendo, cuando la versátil voz de Blas da las notas más altas al tiempo que la puesta en escena se llena de esperanza y de un amor infinito hacia su abuela, a la que dedica el último gesto, un beso mirando al cielo, de su actuación. «Me he sentido seguro en el escenario, es un ensayo más. Esta noche estaré perfecto», ha afirmado.
Blas Cantó actuará en el ecuador de la noche, presentando su balada Voy a quedarmeen el 13º lugar. El montaje de la gran luna que acompaña al artista murciano precisa algo más de un minuto, más que la duración de una postal, por lo que la organización ha aprovechado la ausencia del grupo islandés que precede a España, confinado por un positivo de un miembro de la banda, y que utilizará su segundo ensayo como actuación, para dejar a punto la escenografía española.
Las favoritas previas de la noche han sido situadas de la siguiente manera. La ganadora del Junior Destiny con Je me casse actuará la 6ª por Malta. Francia, con Barbara Pravi y su magnético Voilà, será la 20ª, mientras que la banda rockera de Italia, Maneskin, defenderá su canción desde el puesto 22ª.
Han sido tres canciones en la historia del festival las que han ganado saliendo en el 13º lugar, tal y como hará Blas Cantó este sábado. Jacqueline Boyer con Tom Pillib lo consiguió por Francia en 1960, al igual que las Bobbysocks con su icónico La det swinge por Noruega en 1985 y la no menos famosa Sandra Kim y su J'aime la vie por Bélgica en 1986. Por otro lado, en la trayectoria de España ha habido dos candidaturas que han participado en dicho puesto, Serafín Zubiri en 2000 y David Civera en 2001.
El director creativo de la puesta en escena española, Marvin Dietmann, ha creado una escenografía intimista y delicada dirigida sobre todo a los 200 millones de espectadores que verán Eurovisión a través de la televisión. Durante los 3 minutos que dura la canción, ha utilizado 36 planos de largas transiciones con 24 cámaras, entre ellas una cabeza caliente, una cablecam, dos steady… y la presencia de una luna de más de 6 metros de diámetro, que acompaña a Blas en su viaje por el cielo y en su dialogo con uno de los seres más queridos de su vida.
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