«Que se enteren ahí fuera que aquí en Europa somos libres, libres de amar y hacer lo que nos dé la gana, que nadie nos va a condenar por llevar melena larga y barba», ha aseverado la artista murciana en su comparecencia hoy ante los medios en Madrid, donde ha opinado que el triunfo de la «drag queen» austríaca es producto de «un montón de circunstancias» y de su originalidad.
También se ha pronunciado respecto a los abucheos que el público del B&W Hallerne dirigía en cada alusión o voto a Rusia, motivado probablemente por la tensión geopolítica que mantiene actualmente con Ucrania y por las medidas homófobas emprendidas por el presidente Vladimir Putin.
«Si es por la vertiente política, lo veo bien, pero las dos hermanas (que representaban al país) no tenían la culpa de nada. A mí todavía no me han abucheado nunca, pero tiene que ser duro. Eso sí, yo abuchearía que no haya libertad en Rusia», ha dicho la intérprete de «Dancing in the rain».
Muy satisfecha tras repasar de nuevo su propia actuación junto a los periodistas, la cantante ha dicho que hay partes «que parecen un videoclip», ha agradecido el trabajo de los ingenieros de imagen que elaboraron el efecto de lluvia y solo se ha arrepentido de dos pasos demasiado largos en el escenario.
«Yo quería ganar», ha asegurado Lorenzo, que ha lamentado no haber vuelto con el trofeo por las ilusiones de los «eurofans» y de su madre, aunque con su resultado ha logrado igualar la mejor posición de España de los últimos diez años, la cual también obtuvieron Ramón en 2004 y Pastora Soler en 2012.
Preguntada por el hecho de que países vecinos y tradicionales votantes de España como Portugal o Italia no le concedieran ni un solo voto, la cantante se ha limitado a señalar: «Qué importa».
«Aún no me creo que haya ido a Eurovisión», ha afirmado una mujer visiblemente feliz, que en los momentos inmediatamente posteriores al festival dijo en alto que «en tres años» repetiría.
Lorenzo ha invitado a sus sucesores en estas lides a que la superen «para ir cada año a más» y les ha aconsejado, sean quienes sean, que «trabajen, trabajen y trabajen y que además tengan mente propia».
«A mí me gustaría que fuese Mónica Naranjo, porque creo que lo haría muy bien», ha dicho sin aparente ironía, pese a la pública diferencia de opiniones que mantienen por la canción de Lorenzo, además de añadir a esa lista de futuribles los nombres de Malú, Marta Sánchez y Xuso Jones.
Entre sus planes más inmediatos, se encuentran desplazarse a Los Ángeles para grabar un tema nuevo, «Planeta azul», y buscar varios productores para el que será su primer disco. Además, ha insistido en que buscará tiempo para ese dueto de estilo «añejo» con Conchita Wurst, con la que ha trabado gran amistad, y, más a largo plazo, ha soñado con ganar un Grammy Latino.
Al menos hoy todo parece prometedor en su horizonte. Lorenzo obtuvo 74 puntos en el concurso, los mismos que Dinamarca, que fue novena al recibir votos de un país más, 18.
La edición en la que ha participado congregó a 5.141.000 personas (con una cuota de pantalla del 35,2 por ciento) y en algún momento llegó a ser seguida por 15.303.000 espectadores, de acuerdo con cifras de TVE.
Su actuación la vieron 6.560.000 telespectadores, lo que supone 1.191.000 personas más que la que realizaron en 2013 los más conocidos El Sueño de Morfeo y las votaciones se colocaron entre los programas más vistos del día, con una media de 6.343.000 personas (41,7 por ciento de cuota de pantalla).
1 comentario
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a eso le llaman libertad???