El calvario de Mila Ximénez: «Podrían haberme matado»

A la estafa de Mónica Gil, a la que consideró su amiga, Mila también ha tenido que añadir el fracaso de su colección de joyas: «Puse toda mi ilusión en este proyecto con un señor (Gustavo Marinaro) y me impliqué mucho, pero nunca había beneficio» ha confesado para la revista.

La colaboradora de Sálvame ha contado que no llegó a cobrar «ni 1.500 euros, una limosna», asegurando que podría haber ganado mucho dinero en este negocio, pero no fue así: «Podría haber metido estos diseños en Israel y también tenía contactos en Londres. Yo sí que había hecho un trabajo, pero parecía que él no tenía mucho interés», confesaba para Lecturas.

En cuanto a la ‘estafadora de los famosos', la ex de Santana ha contado cómo se siente tras enterarse de que durante once años ha estado unida como amiga a una delincuente condenada, a una estafadora.

«Me decía que yo era como de su familia. La situación es muy jodida, esto lo he tenido que asumir», sentencia.

Según cuenta Lecturas, Mónica utilizaba el nombre de Mila para amedrentar a personas diciéndoles que ella iba arremeter sobre ellos en televisión. Esta acción de Mónica podría haber puesto en peligro a la propia colaboradora asegurando ella misma que «podrían haberme matado».

«Empecé a hiperventilar y me quedé en shock. La he odiado profundamente. Me produce náuseas pensar que la he tenido en mi casa», esa fue la reacción de la finalista de Supervivientes al enterarse de la detención de Mónica Gil.

Ximénez consiguió que la ‘estafadora de famosos' le devolviera todo su dinero, aunque añade que «mi silencio me habría convertido en su cómplice».

A la vista está que la periodista no está atravesando por un buen momento personal y profesional.