El juzgado de Sevilla que investiga las inversiones de la empresa de capital riesgo Invercaria ha denunciado a la modista flamenca Juana Martín, ya imputada, por otro presunto delito de insolvencia punible, cuya investigación se ha remitido a los juzgados de Córdoba, donde tiene su sede.
Fuentes del caso han informado hoy a Efe de que los hechos se han descubierto en la causa que investiga el juez de instrucción 16 de Sevilla, cuando Invercaria reclamó a Juana Martín el importe de un préstamo y se vio que una empresa de su mismo grupo había presentado una demanda judicial de embargo, lo que la puso en situación de insolvente.
Por estos hechos, el juez sevillano abrió un procedimiento separado por presuntos delitos de insolvencia punible o alzamiento de bienes, que se remitió a reparto a los juzgados de Córdoba, donde tiene su sede la modista.
La empresa de la diseñadora flamenca es una de la treintena de compañías investigadas por las ayudas de 900.000 euros que recibió de la empresa de capital riesgo Invercaria.
La modista declaró como imputada ante el juez en abril pasado y afirmó que las personas que «hicieron todo el papeleo» eran el exdirectivo de Invercaria Cristóbal Cantos y otros responsables de la empresa pública ya que ella «confiaba plenamente en Invercaria porque lo identificaba con la Junta de Andalucía».
El proyecto de Invercaria implicaba crear una línea de pret-a-porter comercial con su marca pero a la que era necesario añadir el término Andalucía «ya que ellos querían utilizarla como nominación».
La empresaria aseguró entonces que «todos los préstamos» recibidos se destinaron al «diseño, confección, apertura de tiendas, talleres, contratación de personal y gastos de gestiones» relacionados por el pret-a-porter y «ninguna partida» a «moda no seriada o exclusiva», que era su especialización inicial.
Posteriormente surgió la crisis económica y la modista «tuvo que cerrar las tiendas por los gastos que se generaban», lo que realizó en 2010 y 2011 ya que Juana Martín Andalucía tenía «pérdidas con un gasto enorme» aunque ella intentó la renovación «para que aquello sobreviviera»
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