El enlace de la hija de la princesa Ana, al que ha asistido la Familia Real británica al completo, se distanció mucho en dimensión y repercusión pública de la boda de Guillermo y Catalina, seguida por millones espectadores en todo el mundo, el pasado 29 de abril.
Zara Phillips, amazona profesional de 30 años, y su marido, de 32, han optado por una ceremonia discreta, a puerta cerrada, en la iglesia de Canongate Kirk de Edimburgo, muy cerca del palacio de Holyroodhouse, la residencia oficial de la soberana británica en Escocia.
La novia, con velo y tiara, eligió un vestido de seda color marfil diseñado por Stewart Parvin, responsable de los coloridos e identificables vestidos de su abuela, Isabel II.
A pesar de tratarse de un evento privado, cientos de personas esperaron durante horas en los alrededores de la iglesia para ver de cerca la llegada de los invitados, entre los que se encontraban el príncipe Guillermo y Catalina Middleton, que fueron recibidos con gran entusiasmo por los curiosos.
La reina de Inglaterra, Isabel II, vestida de rosa, asistió junto a su marido, el príncipe de Edimburgo, al primer enlace de un miembro de los Windsor en Escocia desde que la madre de la novia se casara por segunda vez allí hace 20 años.
Entre los 300 invitados, también se encontraba un buen número de jugadores del equipo inglés de rugby aunque no políticos o mandatarios al tratarse de un acto privado.
Los recién casados, que posaron brevemente a la salida de la iglesia, fueron presentados en 2003 por el príncipe Enrique en un bar de Sydney (Australia), mientras celebraban la victoria en esa ciudad de la selección inglesa de Rugby, de la que el novio era capitán.
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