Con porte seductor, facciones angulosas, anatomía esculpida al detalle y una sonrisa que levanta pasiones, Tyson Ballou ostenta el número uno en el ranking mundial de belleza masculina, pero él es «consciente» de su imperfecciones: «No me veo el hombre más guapo del mundo».
Con 82 kilos de peso y casi 1,90 centímetros de altura, Tyson Ballou ha declarado que considera que la belleza es «sinónimo de salud y pureza, no de perfección física».
«Ser original y único» son las características que hoy buscan los gurús de la moda, según explica el modelo, y que le han llevado a encabezar la prestigiosa lista de models.com, que valora la cotización de los maniquíes a nivel mundial.
Cuando modela sabe que es el centro de todas las miradas, pero eso ni le intimida ni preocupa, en lo único que piensa es en «no caerse y tener la confianza y el control suficiente para salir airoso de la situación"; además siempre mira por el rabillo de ojo «por si Beyoncé le está observando desde la primera fila».
Consciente de que su carrera como modelo tiene fecha de caducidad, Ballou está estudiando interpretación, quiere comenzar una nueva trayectoria profesional como actor. «Me encantaría debutar de la mano de Clint Eastwood, actor y director a quien admiro desde niño como si fuera mi padre. Se que eso no es fácil, pero también me gustaría trabajar con Martin Scorsese».
Nacido en Garland (Texas, EE.UU.), hace 33 años, Tyson, que representa el canon de belleza del siglo XXI y es imagen de la firma Biotherm Homme, debutó como modelo con tan sólo quince años. «Desde entonces, he cambiado, pero no mucho, llevo el mismo estilo de vida y sigo siendo observador y muy analítico».
El hombre más cotizado del momento aún está soltero y, entre sus proyectos personales está «encontrar una mujer para formar una familia y tener hijos».
Y, entre risas, se atreve a desvelar algunos detalles sobre sus gustos femeninos: «Más que guapa, me gusta que luzca un aspecto saludable, que no se maquille demasiado y que posea gran sentido del humor, que sea capaz de reirse de sí misma. Siento debilidad por las latinas».