—¿Cómo ha surgido la idea de crear la Societat Arqueològica d'Eivissa i Formentera?
—Parte de un grupo de amantes de la historia que procedemos de distintos campos. Hay arqueólogos, historiadores y antropólogos y a todos nos une la pasión por intentar acercar la historia de las Pitiuses y el trabajo que realizamos a toda la sociedad ibicenca.
—¿Que la historia no parezca tan extraña ni algo solo destinado para eruditos?
—Exactamente. La intención es hacer de enlace entre el mundo académico y la sociedad civil de Ibiza y Formentera.
—¿Cómo tienen pensado hacerlo?
—Apostando firmemente por la divulgación aunque actualmente no tenemos nada cerrado del todo. Estamos empezando con algunos ciclos de conferencias como los que se celebran este fin de semana en Sant Antoni. Pero bueno, acabamos de nacer y tenemos muchas ideas en nuestra cabeza. Ahora la cuestión es cómo podemos llevarlas a cabo.
—¿Tienen previsto hacer excavaciones?
—Eso sería ya mirando al futuro. Ojalá pudiéramos alcanzar la relevancia necesaria como asociación para que las administraciones nos pudieran dar fondos para llevar a cabo algún proyecto. Pero no tiene que ser únicamente una excavación, sino que se puede trabajar en muchos campos porque hay mucha información acumulada gracias a los trabajos que se han llevado a cabo durante todos estos años.
—¿Y acercar el trabajo de los arqueólogos a la sociedad? Que la gente no les vea como esos tipos raros que solo paralizan obras...
—(Risas) Eso estaría muy bien. Hay que intentar que la gente compruebe, de primera mano, que lo que se encuentra en una excavación sirve para mucho más que para que para parar una construcción o para un informe que al final se acaba guardando en un cajón. Y eso, a día de hoy, desgraciadamente es mucho más común de lo que nos pensamos.
—Pero sin nuestra historia no somos nada...
—Estoy completamente de acuerdo. Y eso es algo de lo que tenemos que convencer a los ibicencos.
—Arqueólogos, historiadores, antropólogos... un amplio espectro de profesionales, ¿por qué?
—Porque el estudio de la historia ha cambiado radicalmente en los últimos años. Se siguen estudiando los objetos, pero ahora hacemos más énfasis en el contexto y ahí es donde juegan un papel fundamental los antropólogos. Ellos hacen magia para darnos información de qué bebían o comían, cómo eran las viviendas o el simple día a día de nuestros antepasados. Y eso es una información muy valiosa que a nosotros, los arqueólogos, se nos escapa. De hecho, la vicepresidenta de la asociación es una antropóloga muy preparada y con mucha experiencia, Almudena García Rubio.
—¿La sociedad está abierta a todo tipo de público o solo es para expertos en la materia?
—Actualmente somos un grupo pequeño y está abierta a todo aquel que tenga interés por la historia de las Pitiusas.
—¿Qué períodos abarcan?
—Hasta ahora nos hemos centrado fundamentalmente en la época fenicio púnica porque ya se ha hecho un trabajo muy amplio y no partimos de cero. Pero que quede claro que no queremos ser competencia de nadie si no un grupo que pueda servir de herramienta para divulgar todo lo que se sabe hasta ahora y lo que se pueda encontrar en un futuro. También queremos centrarnos en la prehistoria, en la época romana, en la época romana tardía o en la bizantina, antes de que llegaran los musulmanes. Son períodos apasionantes porque no hay tanta información de ellos.
—Y ya la última, ¿la historia vuelve a estar de moda con tanta serie de televisión, películas de cine o libros?
—Creo sinceramente que el interés por la historia nunca ha dejado de estar de moda a pesar de que haya pasado por períodos en los que ha estado un poco más marginado. Pero sí, cualquier tipo de ayuda viene bien siempre que se esté hecha desde el rigor.
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