«Vicent además del fundador ha sido el alma mater de todo. Fue quien en principio se ocupaba de los ensayos, por ejemplo. Al formarse la colla llegaban niños y niñas, hablaba con sus padres, buscaba los profesores, cuando había actuaciones formaba el grupo que acudía... se encargaba básicamente de todo, era el punto de unión de toda la colla» recuerda con cariño Vicente el papel de Vicent d'en Jordi quien «siempre se quita todo el mérito» y rememora que «la colla se fundó entre buena parte de sus familiares porque a la familia de su mujer le gustaba mucho bailar, también el baile pagès. Primero se lo ofrecieron a su cuñado Juan quien en principio dijo que sí pero después se lo traspasó a Vicent que fue el que arrancó la colla».
Por su parte, Vicent recuerda aquella lejana época y recuerda la fundación como que «se juntaron un grupo de vecinos junto al cura para formar un grupo estable para las actuaciones y me buscaron a mí porque ya les enseñaba a los niños de la escuela de Jesús cada miércoles por la tarde. En aquella época Puig d'en Valls aún no tenía parroquia propia». Vale la pena recordar que Vicent nació el 1 de julio de 1944 en la finca Can Jordi de Puig d'en Valls que se ubicaba donde ahora se encuentra el colegio siendo el menor de tres hermanos pero «siempre le tuve a Jesús muchísimo cariño»; entre otras cosas porque allí asistió a la escuela y porque allí conoció a la que después sería su mujer y madre de sus tres hijas, María Planells. Descendencia que también ha compartido su afición por el baile pagés, por lo que siempre ha sido habitual ver a la familia al completo en una ballada junto a cuñados, sobrinos, hijos, nietos, quienes son todos miembros de la colla también.
Vicente recuerda que por aquel momento «cuando había una actuación éramos prácticamente todos parte de su familia», aunque antes de ser su cuñado formaba parte de una colla en Puig d'en Valls y se unió a la de Jesús por pedido de Vicent ya que era un ballador más experimentado que también sabía tocar las castañuelas para que sirviera de apoyo suyo porque había muchos niños a los que enseñarles el oficio.
Si bien hace un tiempo que ya estaba delegando tareas a su sucesor Vicente Escandell días atrás sus compañeros de colla le organizaron un homenaje en sala polivalente de Puig d'en Valls en la que cada miembro del grupo realizó un pequeño vídeo con sus vivencias en la colla que formó parte de otro mayor que agrupó a todos e incluyó un saludo del alcalde de Santa Eulària. Vicent comentó a PERIÓDICO DE IBIZA Y FORMENTERA que a pesar de haber recibido otros homenajes con anterioridad este resultó particularmente emocionante, «me decían que he hecho mucho en todos estos años pero no me lo creo, siempre he sido muy inocente, ha sido una pasada. Los compañeros son todos una pasada».
Casi sin proponérselo y con la humildad que lo caracteriza Vicent d'en Jordi es un ejemplo del recorrido realizado en la isla desde el momento en el que sólo habían 3 ó 4 collas hasta ahora, en el que no sólo cada pueblo tiene la suya sino que llegan a ser una veintena a lo largo de la Pitiusa mayor. Lo que prueba que el folklore, las tradiciones y la artesanía local ha recuperado mucho terreno. En este punto tienen especial importancia los diferentes talleres que imparte la Colla de l'Horta; «tuvimos que empezar por hacer las herramientas para poder hacer los talleres porque por un lado ya casi no había gente que supiera hacerlos sino que tampoco teníamos como realizar, por ejemplo, los instrumentos, las espardenyes o los bancos para fabricar las espardenyes que confeccionó Vicent en su momento pero que todavía se utilizan. Tuvimos que restaurar y reconstruir un telar para confeccionar la ropa plisada de las mujeres», recordó Vicente. Y agregó que «los primeros profesores eran personas de edad que lo hacían en su vida diaria antiguamente, todo esto se estaba perdiendo al igual que el baile».
«Cuando empezamos con el grupo había solo dos o tres grupos en Ibiza, no como ahora que hay uno por pueblo» y durante mucho tiempo han colaborado en formar otras collas y todavía continúan apoyándolas.
Carpintero y futbolista
Vicent d'en Jordi comenzó a los 14 años como aprendiz de carpintero en la Carpintería d'en Rafal. Cerca de allí, donde ahora se encuentra el Parc de la Pau existía por aquel entonces un campo de fútbol y en ese punto fue cuando comenzó su relación el balón que lo llevó a jugar con el Ràpid del año 1958 a 1962, e incluso llegó a entrenar algunos equipos aunque recuerda entre risas que «como jugador no era del todo bueno».
Remontándose a aquellos años señala sonriente que «empecé a los 24 años pero no me gustaba el baile pagès, mis amigos me liaron... no se puede ser bueno nunca comenzando a esa edad». «Hay gente que lleva a los niños con 3 años pero eso tampoco es, tienen que entenderlo y saber si les gusta o si no. Si los traen a la fuerza les costará mucho aprender, los padres tienen que entender esto también» y bien lo sabe ya que ha dedicado gran parte de su tiempo a transmitir sus conocimientos a los más pequeños. Esta dedicación lo han llevado a la conclusión de que «no es difícil aprender a bailar pagés es difícil aprender a tocar los instrumentos bien y conjuntar el bailar con las castañuelas, por ejemplo. Aunque lo más complicado es tocar la flauta no pueden ir los pies por un lado y las castañuelas por otro».
Comenta con la sorpresa de los humildes que «la colla significa muchas cosas para mí, cuando empezó esto de presidente no existía. He hecho de todo casi, menos de presidente. La gente le da mucha importancia a esto de la presidencia... El día que empezó la colla yo ya estaba, los verdaderos responsables fueron los vecinos del pueblo que cuando me llamaron a mí ya tenían pensado formar la colla».
Si bien Vicent d'en Jordi permanecerá ligado a la agrupación folklórica como presidente honorífico ahora «estará más tranquilo» y como broche señala que «quisiera darle las gracias al Consell d'Eivissa y al Ayuntamiento de Santa Eulària que han colaborado durante todos estos años en todo lo que hemos pedido».
ANIVERSARIO
La colla de l'Horta de Jesús cumple 40 años
Gracias al vídeo que realizaron para Vicent d'en Jordi los miembros de la colla se dieron cuenta de la cantidad de gente que ha pasado por sus filas, por eso desean crear un formato visual o audiovisual que de testimonio de eso y que pudiera ser presentado quizás en noviembre en una trobada especial entre todos los que han sido miembros de este grupo folklórico tan importante para la isla. Vicente Escandell, el nuevo presidente, asegura que el relevo generacional de la colla está asegurado de momento gracias a la buena respuesta que tienen por parte de las nuevas generaciones pero asegura que todos los grupos de la isla se enfrentan al mismo problema, «muchos jóvenes abandonan el folcklore para no volver al marcharse a estudiar fuera».
Actualmente son aproximadamente unos 40 miembros los que se dedican a bailar en las diferentes actuaciones, si se tienen en cuenta los artesanos que participan en los talleres y diferentes ferias de muestras podrían alcanzar el centenar de personas. La colla es «una familia donde con la excusa del baile nos juntamos, reímos y disfrutamos. Muchos hemos tenido la oportunidad de conocer otros sitios y culturas, y de dar a conocer la nuestra que de no ser por la colla no hubiera sido posible», comentó .
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