Este sábado, durante la fiesta del voluntariado que tuvo lugar en la plaza Antoni Albert i Nieto de Vila, Ester Torres Planells ejerció de sonadora durante la intervención de Sa Colla de Vila. Un hecho que para algunos ibicencos allí congregados fue histórico ya que pocas veces antes una mujer había desempeñado este papel y que, sin embargo, para el presidente de esta agrupación, Josep Maria Serapio, careció de tal importancia.
No en vano, desde esta colla se lleva tiempo trabajando para que la situación se normalice y la mujer, en este caso Ester, pueda convertirse en sonadora. «Soy consciente de que es algo que nunca se había hecho antes, pero también nunca antes las mujeres habían votado, al final se consiguió y ahora lo vemos como algo normal y necesario en una sociedad actual como la nuestra», explicó ayer el propio Josep Maria Serapio a PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA.
Por ello, el presidente de Sa Colla de Vila y además profesor de música se mostró convencido de que el trabajo de Ester y otras mujeres «servirá para romper una barrera establecida desde hace cientos de años y ayudará para que cada vez más gente se acerque a las collas de ball pagès». En este sentido, Serapio es partidario de que el folklore ibicenco se vuelva algo habitual entre todos los residentes en la isla, «no sólo aquellos que descienden de varias generaciones». Algo que desgraciadamente aún tiene que calar entre algunos defensores de la tradición ibicenca que «criticaron duramente» el trabajo que están llevando a cabo desde la colla de Vila con Ester.
Formación musical
Serapio también valoró la formación musical de esta joven ibicenca de 17 años que también toca el saxo y aseguró que esto también supone un cambio importante con respecto a otros sonadores «permitiendo cambiar el sistema de aprendizaje de las canciones». «Antiguamente el alumno se sentaba delante del maestro de flaüta durante horas para ir memorizando cada tema mientras que ahora, con partituras, libros, la formación musical de los jóvenes, y las nuevas tecnologías, el período de aprendizaje se puede reducir de forma notable».
A pesar de todo, este profesor que da clases de música tradicional ibicenca en Sant Miquel los lunes por la tarde, en Sant Rafel los miércoles por la tarde y los viernes con su colla de Vila en el colegio Portal Nou, asegura que Ester aún tiene mucho que aprender para llegar al nivel de grandes maestros «que desgraciadamente se han ido perdiendo».
«Ella es la primera consciente de que aún tiene que mejorar, sobre todo a nivel físico porque tocar al mismo tiempo la flauta y el tambor no es algo que pueda hacer cualquiera». Además, Serapio, confirmó que la joven sonadora «tiene que seguir por este camino» para ser capaz de interpretar con soltura muchos más temas que no solo las tradicionales «curta y llarga», explicó. Eso sí, de momento, «ya se puede considerar un gran ejemplo para otras muchas más mujeres de Ibiza».
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