Un toque de gloria para Eivissa, algo que aumente el valor de la marca Ibiza». En eso es en lo que el periodista e investigador Nito Verdera confía en que se convierta la Casa-Museo dedicada a Cristóbal Colón que ha nacido recientemente en Dalt Vila y que todavía no ha sido inaugurada de modo oficial. Aunque para eso, consideró el investigador, «los políticos se lo tienen que creer».
El nuevo museo de Eivissa abrió sus puertas a principios de este mes de agosto y lo hizo gracias también a Eduardo Mayol, un buen amigo de Nito Verdera que le dijo: «Nito, acabo de comprar una casa en Dalt Vila; Así que, si te parece bien, yo pongo la casa y tú pones todo lo de dentro». Y así se hizo. «Él puso la casa y yo he puesto a Colón, todo lo que tenía en mi casa», explicó el investigador.
Desde primeros de mes, una pequeña vivienda de dos plantas, con mucho encanto y ubicada en la zona antigua de Eivissa, en concreto en la calle Sant Ciriac número 12, y que cuenta en su interior con una parte de la antigua muralla medieval, es el lugar que acoge los documentos, los libros y el trabajo del investigador. Allí se muestran cartas, y diarios del propio Colón. En la citada sala se exponen, además, mapas de América, previos y posteriores a su descubrimiento. Allí se encuentra también un retrato robot de Colón y distintos documentos de la época, así como instrumentos de navegación o productos alimenticios que el navegante introdujo en España o una tienda con libros y souvenirs.
En esta casa-museo se muestra una de las señas más claras para Nito Verdera del origen ibicenco de Cristóbal Colón. Son los signos de puntuación que aparecen en sus escritos. Una pequeña barrita en diagonal al finalizar la palabra o dos al fin del párrafo son algunos de los signos de puntuación de la época que se usaban en muy pocos lugares y son los que utilizaba Colón en sus escritos. Para Verdera estos signos de puntuación de Colón evidencian claramente el origen ibicenco del Almirante y así se demuestra en esta Casa Colón. Allí el investigador y periodista comparte unos manuscritos de Colón que rondan el año 1.500 en los que se pueden observar los citados signos de puntuación, los mismos que aparecen en documentos antiguos de la Catedral de Eivissa. Curiosamente, los manuscritos de Colón se los cedió a Verdera la familia de Alba, pues «el primogénito de Colón se casó con una sobrina de los duques de Alba del siglo XV y al morir mucha cosa quedó allí», aseguró Verdera.
Otra de las cuestiones fundamentales para fijar el origen ibicenco de Colón, recuerda Verdera en su Casa-Museo de Dalt Vila, es la lengua. «Colón escribe en un castellano que dicen que es arcaico, y que también se tilda de judeo-español. Pero lo que pasa es que este castellano está lleno de palabras catalanas puras que yo estudié durante más de 40 años y fruto de esos estudios fue mi libro Cristóbal Colón, catalanoparlante», recordó el investigador quien añadió que, «Colón introduce multitud de palabras náuticas catalanas en sus textos, como por ejemplo barlovento (la parte de donde viene el viento, no documentada anteriormente en ninguna lengua) o «al xeraner (el que da socaire) lo castellaniza el Almirante en cheranero». Y estos datos, que evidencian el origen catalanoparlante de Colón para Nito Verdera, «en Madrid vienen muy mal, les fastidia», aseguró convencido.
En la casa-museo de Colón en Eivissa, Nito muestra un mapa con todos los nombres de los lugares que el Almirante puso en América. Uno de ellos fue Sant Salvador, que es el patrón de la cofradía de los marineros de Eivissa. También Punta Galera, Margalida o Cap Martinet llaman la atención de este investigador.
Otra teoría que desmiente Verdera es la que habla de que Colón y su tripulación trajeron la sífilis a España. «Mentira», afirmó rotundo Verdera, «en el siglo XIII ya había sífilis y donde hubo mucha fue en un monasterio de Poblet de Tarragona».
Según Verdera, «poder abrir las puertas de este museo ha sido un trabajo arduo que no hubiese sido posible sin el apoyo de Centros Turísticos Culturales y de la familia Mayol, que nos propusieron aportar esta casa a cambio de que se museizara con el material que llevo 50 años recopilando».
Un museo vivo, «que ya no está guardado en cajas en una casa, sino que puedo compartir con todos los residentes y visitantes que hasta Dalt Vila quieran acercarse. Prefiero que esté aquí, porque aquí lo puede ver todo el mundo y en mi casa no. Y luego nunca sabes lo que puede pasar con todo este material», señaló Verdera que confió en que los visitantes «verán una cosa nueva y se irán con la idea clara de que Colón provenía de una familia de Eivissa».
Nito Verdera espera que vaya mucha gente a la Casa Colón de Eivissa, sobre todo muchos de sus seguidores que cada día le paran por la calle y le preguntan, «¿qué pasa con Colón?». Para el periodista, «hay mucha gente interesada en que esto vaya bien, por eso hay que trabajarlo y si es que Colón es de Eivissa y podemos llegar a demostrarlo, que falta muy poquito, sin duda la marca Ibiza subirá enteros, pero para eso las instituciones se lo tienen que creer». De momento, para Nito Verdera la sensación de haber podido abrir esta casa museo es «formidable».
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