El equipo de Fanny & Co. llevan con tacto exquisito este servicio tan delicado para los pacientes de cáncer. Foto: ARGUIÑE ESCANDÓN

Fanny & Co. es un peluquería familiar que se fundó en 1969 y que hace sólo dos años se ha especializado en recuperación capilar y oncología. Sandra Serra, de Fanny & Co. asegura que este servicio es necesario «teníamos clientes que se iban fuera porque no encontraban este servicio en Eivissa y además les cobraban una barbaridad. Además tener que viajar cuando estás enfermo es muy duro».

En esta pequeña peluquería de la calle Ramón Muntaner tiene pelucas de todos los precios, desde una línea básica a una gama de lujo. «La gama más barata está en 185 euros toda la línea, que incluye ocho pelucas sintéticas con diferentes colores. La línea con pelo natural es a partir de 1.000 euros, son pelucas hechas a mano», explicó Serra.

Pero no sólo se trata de elegir una peluca sino de dar un tratamiento al cuero cabelludo que queda dañado por la quimioterapia, «nos encontramos con una toxicidad muy alta en la piel, puede que no se note, dependiendo de cada persona, o que provoque picores, pus, pupas, sequedad y dolor. Durante la quimioterapia intentamos calmar el cuero cabelludo con productos sin sulfatos, alcohol, ni parabenes, y cuando empieza a salir el cabello debemos seguir haciéndolo», comentó esta joven peluquera.

Un factor muy importante es el trato que recibe la persona que padece cáncer, y resolver sus dudas. Según Sandra la principal preocupación es el tema estético, «cuando viene alguien preguntando por una peluca, le pasamos a una sala privada y allí hablamos con la persona frente a un espejo y un tocador, y probamos pelucas y gorritos. La preocupación principal es poner cabello cuando ‘no voy a tenerlo' y el momento de hacerlo», explicó.

Tras un tratamiento de quimioterapia el pelo cae a los 10 o 15 días después de la primera sesión, «en esos 15 días la gente viene, se informa y hace pruebas de pelucas. Una vez la tiene,  se la lleva o se la guardamos aquí y cuando empieza a caer el pelo, vienen, les cortamos el pelo y salen ya con la peluca y el corte adaptado», aclaró Serra.

Según su experiencia el 90% de sus clientes quieren un pelo como el que tenían, sin cambios, sin embargo hay otras personas que aprovechan la ocasión para cambiar, «me gustaría ser rubia y con el pelo corto y ahora es el momento», le comentan algunas.

Para hombres también tienen pelucas pero disponen de menos modelos y  marcas, y rondan los 500 euros porque «son más laboriosas, hechas a mano y con una fibra de buena calidad», señaló Sandra.

Una pregunta habitual es si se pueden caer las pelucas si hay viento, pero Sandra asegura que no se caen «ni con viento, porque quedan muy bien encajadas». Otras dudas son «cuestiones diarias» desde el cuidado de la peluca  a qué les va pasar, si se va a caer el pelo muy rápido, si va a durar mucho, y qué pasará en el cuero cabelludo, «cosas que quizás en el médico no han caído y lo preguntan aquí. Nosotras respondemos a lo que podemos y si no las derivamos al médico», manifestó la peluquera.

En cuanto al cuidado de la peluca, hay que llevarla una vez al mes para «recuperarla», que es un proceso que necesita tres horas, y luego en casa se lava con agua fría y jabón, «y les damos un pie de plástico y allí las dejan se secar», añadió Sandra.