Música, catedráticos y directores e, incluso, de Filosofía, esa asignatura que desgraciadamente perderá su condición de troncal en 2º de Bachillerato y pasará a ser de libre configuración, estando muy cerca de su desaparición. Cada uno con sus métodos y con su particular forma de enseñar, pero todos tienen la vocación por bandera. Una vocación que ha permitido a los más veteranos sobrevivir a todos los cambios legislativos inimaginables, provocados por los gobiernos de turno, y a los más jóvenes el adentrarse en la maravillosa aventura de ser el que coloca a los pequeños al principio del camino del descubrimiento de la vida.

Unos y otros proceden de generaciones muy diversas. Décadas de vida les separan e, incluso, algunos de los nuevos profesores trabajan ahora con aquellos que les dieron clase y al revés, los maestros más veteranos miran con orgullo cómo alumnos suyos comparten centro educativo codo con codo.

Los métodos también han cambiado mucho durante los últimos treinta años, cuando por ejemplo Ángel Vega, profesor de Educación Física jubilado hace menos de cuatro días se incorporó al Instituto Sa Blanca Dona, entonces el único de Eivissa junto al Instituto Santa María. Antes había muchos más alumnos por aula, había menos medios, pero también se potenciaba mucho más la imaginación a la hora del patio. Ahora incluso en muchos centros se ha prohibido el uso del teléfono móvil entre los alumnos y las nuevas tecnologías prácticamente lo invaden todo. Y si no, que se lo digan a Edu Sánchez Meroño, una de las profesoras míticas de Eivissa, actual directora del colegio Puig d’en Valls, que tras dar Matemáticas, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales durante casi tres décadas, ahora enseña el uso del ordenador a los niños explicándoles incluso qué es eso del código QR.