— ¿Qué expectativas tiene Mágico Festival en su primera edición?
— Muy buenas. Prefiero no dar cifras pero los datos que manejamos en cuanto a venta de entradas y reservas de alojamiento son muy positivas. Vendrá muchísima gente. Las fiestas estarán hasta arriba.
— ¿Cómo saben que no van a pinchar?
— Este proyecto lo tenía en la cabeza desde hace tiempo. Hemos organizado una veintena de preparties oficiales en todo el mundo. En Nueva York, Miami, París, Roma, Atenas, Tel Aviv, Bogotá, Madrid, Barcelona... somos más de 300 personas, entre personal fijo y colaboradores y llevamos varios meses trabajando con el público y con la promoción del evento.
— ¿Qué se va a ofrecer durante los cinco días de festival?
— Será un circuito de espectaculares fiestas gay en los mejores lugares de la isla. Tendremos los mejores shows, los mejores clubs, beach clubs y pool parties de Eivissa. Nos falta cerrar un evento, pero sí podemos confirmar que uniremos Mágico Festival con las fiestas de Latroya y Superman (Supermartxé) y también contamos con la implicación de los locales de la calle la Virgen y de sitios emblemáticos como el Monalisa.
— La principal estrella es Conchita Wurst (21 de agosto), ¿les costó convencerla para que viniera?
— Ni mucho menos. Coincidimos en el Pride de Tel Aviv y enseguida le pareció fenomenal. Le encantó el proyecto de Mágico Festival. Está todo el mundo muy loco con su participación en Mágico Festival. Leyó el pregón en el Pride de Madrid, pero creo que la de Eivissa será su primera actuación en España.
— El colectivo gay parece que se está reactivando en Eivissa...
— Hace años, las tres primeras semanas de agosto eran espectaculares en cuanto al ambiente gay.
— ¿Y qué pasó?
— Fue aumentado un tipo de gente, con menos estilo, que ha ahuyentó al público divino. Pasó lo mismo en el público hetero. La gente con clase tiende a desaparecer con la masificación. En las últimas temporadas parece que los empresarios se han dado cuenta y algo está cambiando.
— ¿Se trata de recuperar el glamour perdido?
— Eivissa necesita un festival gay que atraiga a miles de personas de todo el mundo en plena temporada. El esplendor de otros años puede resurgir y debemos hacer volver a aquellos que venían antaño y dejaron de hacerlo, a los que no han dejado de ser habituales y atraer a los que todavía no han estado nunca en Eivissa.
2 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
Cuestion previa, este señor desmerece en las tomas no pasadas por photochop... Enfin. En relacion con determinados festorrios y tomas de posturas que se adoptan de parte de determinados residentes que "enardecen" a sus palmeros aparece y resurge algo que mevrecuerda a la Santa inquisicion, la de Torquemada y sus instrumentos de conviccion, surge digo, algo muy bonito cual es la dictadura de lompoliticamente correcto... Si mete ruido y deja basura una fiesta de LTGB toooodo es guay si el festorrio es heterosexual o sencillamente abierto pero sin etiqueta reivindicativa ocurre que esa basura y ese sonido huele y molesta mas. Curioso...
Al igual que no queremos programas degradantes como Ibiza Shore, tampoco queremos festivales denigrantes que a quien mas avergüenza es a los homosexuales decentes. Basta ya de promover y recibir iniciativas que daña a nuestra isla, nuestras gentes y especialmente a nuestros jóvenes y niños.