En primera fila su mujer, quien le quiso mostrar todo su apoyo, junto a otros familiares, amigos y seguidores, desde el bar Sa Trobada, en el barrio de ses Figueretes, donde se vivió una autentica fiesta durante la gran actuación del ibicenco en el programa que conduce Jesús Vázquez.
El mismo ambiente también se vivió en Jesús, localidad donde reside Joaquín Garli y su familia. Allí, delante de la pantalla gigante que el ayuntamiento de Santa Eulària colocó en la plaza de la iglesia para la ocasión, también se pudo disfrutar de una gran noche de talento y, sobretodo, muchos nervios por todo lo que había en juego.
Trayectoria
Para llegar a la mágica noche de ayer, en la que Garli estuvo acompañado de su madre, su pareja, sus tres hermanos, cuñadas y dos tías, el profesor del Centro de Música Creativa de Ibiza, ha ido convenciendo con su voz a coaches y telespectadores semana tras semana.
Primero enamoró a Malú, Alejandro Sanz, Laura Pausini y Antonio Orozco en su primera actuación a ciegas, con la interpretación a piano del tema I belive I can fly. Después, como miembro del grupo de Malú, a quien escogió porque «se lo pidió su hija», Garli fue superando batallas y con su estilo personal y su versatilidad acabó con sus compañeros de equipo.
Joaquín, que fue uno de los elegidos por Malú para pasar por vía rápida a los directos, superó, gracias al voto del público, a su rivales. Primero a Roxy, después a Diego Cartón y a Juañarito. Por último, en la semifinal, el apoyo mostrado una semana más por el público y por su coach, llevó a Joaquín Garli a proclamarse como el primer finalista de La Voz, enviando a casa a una sensual Diana, que se quedó a las puertas de la gran noche del talent show.
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