Sin embargo, la ilusión rápidamente se tornó en frustración cuando la tortuga, asustada ante la expectación que generó su presencia, decidió darse la vuelta y volver al mar dejando su trabajo a medias. «La tortuga Caretta Caretta es un animal extremadamente sensible que al menor movimiento en los alrededores, al menor indicio de luz, o al menor ruido, no se sienten cómodas y huyen hacia el mar», explicó ayer a este periódico Verónica Núñez, oceanógrafa del Centro de Recuperación de Especies Marinas (CREM).
Sin embargo, antes de marcharse de Santa Eulària la tortuga dejó un rastro que permite «cierto optimismo» de que pudiera regresar «aunque las posibilidades decrecen con el paso de las horas». «Cuando estos animales van a dejar sus huevos primero excavan un poco en la arena para sentirse protegidas de posibles predadores en los alrededores y después, si todo va bien, vuelven a cavar otro agujero para depositar sus huevos mientras están en trance», explicó Núñez.
Rastro en Santa Eulària
Precisamente este segundo agujero ha sido el que ha dejado en Santa Eulària antes de huir. Por ello se ha establecido un dispositivo de vigilancia con el objetivo de controlar y garantizar que el animal pueda finalizar la puesta. «Es muy importante que la tortuga pueda por fin dejar sus huevos, porque estamos hablando de una especie en peligro de extinción porque sólo uno de cada mil ejemplares llega a la edad adulta», confirmó la oceánografa.
Por eso, en caso de que alguien se encuentre con ella, Verónica Núñez pidió que se avisara al 112, que tiene establecido un protocolo de actuación para estos casos, y que «por favor, muy importante, nadie se acerque a ella, le haga fotos o hagan ruido a su alrededor».
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