El pasado lunes Nepal sufrió un segundo seísmo, esta vez de 7,3 grados en la escala de Richter, que causó 110 muertos y 2.700 heridos. Foto: EFE

Dicen que las desgracias nunca vienen solas. En Nepal llueve sobre mojado tras el segundo terremoto en menos de un mes. Si la situación del país ya era delicada, el primer seísmo lo sumergió en el caos. Este segundo terremoto, junto con los centenares de réplicas de ambos, ha desencadenado una situación de emergencia extrema.

La ONG Via Oberta a Nepal trabaja desde hace 13 años en la aldea de Lauruk, donde la próxima semana se desplazará José Moreno, valenciano afincado en Eivissa con el objetivo de iniciar y coordinar la segunda fase del plan de emergencia que ha establecido la entidad ibicenca.

Así, Moreno, cooperante y director de proyectos de Via Oberta a Nepal, tratará de desbloquear el río Seti –que nace en el Himalaya y atraviesa la zona– y reconducir su cauce antes de la llegada del monzón, una acción imprescindible para salvar a los habitantes de la zona y las construcciones que todavía se mantienen en pie.

Para ello, se emplearán una especie de jaulas metálicas que se llenan de piedras y se colocan bordeando el río para que éste no arrase en un cauce «erróneo», llevándose la aldea por delante.

Desgraciadamente, esta meta no está, ni mucho menos, garantizada. Para empezar, no es seguro que pueda llegar hasta Lauruk, ya que la carretera está muy dañada y los vuelos de Kamandú a Pokara –la ciudad más cercana a la aldea– no están garantizados.

En el pueblo ya han caído cinco casas a causa de los terremotos, aunque son mayoría las que presentan grietas. Según informa Via Oberta a Nepal, un técnico del Gobierno nepalí se desplazó hasta la casa de acogida de la entidad para certificar la seguridad de la misma y autorizar la continuidad de su uso, de manera que se puede seguir asistiendo a los habitantes de la localidad.

Katmandú

Desde Eivissa y a partir del primer terremoto, que se produjo el 25 de abril, la ONG Via Oberta a Nepal focalizó sus esfuerzos en un barrio periférico de Katmandú siguiendo las indicaciones del Ministerio del Interior nepalí, con el objeto de atender una zona tremendamente afectada por el primer seísmo.

Sin embargo, a partir del segundo seísmo, esta misma semana, la atención de urgencia se ha desplazado por orden del Gobierno a un hospital de Pokara, ya que el último terremoto fue más destructivo en este punto.

En las próximas semanas, la entidad ibicenca tiene previsto incorporar a Joan Roig, portavoz de la organización, y la madrileña afincada en Eivissa, Raquel Pérez. Se desplazarán con el fin de respaldar la logística de las dos fases en desarrollo de emergencia y reconstrucción.

Asimismo, también viajarán hasta Panchaset, una de las aldeas más aisladas y con una población mayoritariamente formada por personas de la tercera edad. Una vez allí, valorarán los daños y atenderán a la población beneficiaria de la cooperación de la ONG en particular y la aldea en general.

Apoyo del Consell

Por otro lado, la solidaridad de las instituciones ibicencas no se ha hecho esperar. El Consell d’Eivissa ha aprobado por unanimidad de acuerdo de todos los partidos políticos una partida económica que dará apoyo al proyecto de emergencia de Via Oberta a Nepal en su tres fases: emergencia, reconstrucción y atención a la víctimas tras la catástrofe.