David Bustamante triunfó el sábado en Santa Eulària y demostró que es un gran profesional. Veni, vidi, vici, que se diría hace un par de milenios.

Ni organizadores ni Policía Local facilitaron cifras, pero se habló de entre 6.500 y 7.000 personas en la explanada del Palau de Congressos. Ahí es nada.

Sobre las 22.40 horas, el cántabro saltó al escenario. Se arrancó con ‘A partir de hoy', poniendo al límite los corazones de una legión de adolescentes. También se aceleraron los de adultos, mayores, parejas, familias y niños.

Fue desgranando con solvencia su ya amplio repertorio, con viejos éxitos y sus últimos temas.

Con movimientos muy estudiados y mejor ejecutados, una luminotécnica medida, efectista y efectiva, y una banda más que competente, se ganó al público ibicenco.

Pero, por encima de todo, estaba él: encarnación del sueño cántabro, el hombre hecho a sí mismo.

El punto álgido llegó con su versión a piano de ‘A mi manera', un auténtico Sinatra salido de San Vicente de la Barquera.

Además, firmó una camiseta que fue lanzada al público y tuvo palabras de agradecimiento para «Vicente» (el alcalde) y para su «amigo», Labi. Todo un señor.