Los perros de la vivienda se encontraban desnutridos. | Alejandro Sepúlveda

Los dos perros no se inmutan. El labrador está tumbado e inmóvil. El golden retriever camina desorientado, como moribundo. La furgoneta Renault Kangoo blanca de los dueños de la finca está aparcada en la entrada. La vegetación invade la casa de campo de Son Demes, en el Camí des Pontarró de Llucmajor.

Hacía tiempo que nadie visitaba al matrimonio. Los ancianos estaban enfadados con la familia. La Guardia Civil encontró este lunes sus cadáveres con mordeduras de sus perros. Los cuerpos no tenían signos de violencia. Las primeras hipótesis apuntan a que son muertes naturales. El hombre falleció hace cerca de dos meses. Le faltaba la mitad del cuerpo. La mujer, que sufría alzhéimer, murió semanas después al quedar desatendida.

La hija del matrimonio acudió a la finca con la Policía Local de Llucmajor porque no sabía nada de sus padres. Los ancianos, de unos 70 años, tenían siete perros. Algunos canes se encontraban muertos. Los otros estaban desnutridos.

La Policía Judicial de Algaida, el Grupo de Homicidios y el Laboratorio de Criminalística acudieron a la finca para esclarecer lo ocurrido. Los investigadores creen que los animales quedaron desatendidos y se alimentaron de los restos de sus propios dueños.