Los psicólogos forenses que han comparecido en el juicio contra los agresores de la esposa del periodista deportivo Paco González han ratificado en el juicio que Lorena G. sufre un trastorno delirante de tipo erotomaniaco, lo que la llevó a estar convencida de que el locutor estaba enamorado de ella.
El juicio contra Lorena G. e Iván T. ha continuado este martes con la prueba pericial. El fiscal pide para la primera 55 años de cárcel por una ristra de delitos como intento de asesinato, mientras que Iván afronta una posible condena de 31 años de cárcel.
En un principio, el fiscal pedía que se aplicara a Lorena la eximente completa por alteración mental, lo que le eximiría de responsabilidad penal. Sin embargo, cambió su escrito de conclusiones para modificar ese aspecto y contemplarlo más como un atenuante por alteración psicológica.
En la exposición de los informes, los psicólogos han explicado que se entrevistaron con la acusada. Se hizo un diagnóstico de trastorno delirante de tipo erotomaniaco. Había un antecedente años antes con un futbolista.
«Con González había un desarrollo en ese trastorno. Lorena tenía mucha capacidad de imaginación. Eclosionó en cuadro delirante pensando que el periodista estaba enamorada de ella», ha indicado uno de los especialistas.
Así, han señalado que ella desarrolló en su mente una realidad paralela, lo que le impedía conocer la gravedad. Ello implicaba que tenía las capacidades psicológicas alteradas. «Estaba convencida de que esa era la realidad», ha dicho.
Otra de las forenses ha especificado que era un delirio único. Otros aspectos de su vida eran normal como el trabajo u otras relaciones personales. «Ella intentaba ocultar que estaba loca. En la primera entrevista casi nos convenció de que había una relación», ha señalado. Tras recopilar datos, los forenses se percataron que la historia que contaba era falsa.
Inteligencia superior a la media
Respecto a Iván, los expertos han confirmado que no sufre ningún trastorno psicológico. Por ello, no tenía alterada la capacidad de distinguir entre el bien y el mal.
«Tenía una inteligencia por encima de la población con una puntuación de 116», ha detallado. Sin embargo, han expuesto que presenta algún rasgo esquizoide, que no afecta a sus capacidades volitivas ni cognitivas.
Asimismo, las forenses que examinaron las heridas de la mujer del locutor han confirmado que si las puñaladas hubieran sido más profundas hubieran afectado a órganos vitales y podrían haber sido mortales.
La esposa del periodista recibió una de las puñaladas en el tórax. En su declaración, la víctima manifestó que estaba separada a un centímetro del corazón. «Si estoy viva, es un milagro», manifestó entonces.
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