«Fue una auténtica locura. El chico estaba fuera de sí. Iba de un lado a otro pegando golpes y amenazando a las vecinas. Al final, tuvimos que empujarle porque estaba a punto de asestarle a una vecina un golpe con el hacha». Así recuerda una vecina el episodio de violencia vivido el mediodía del lunes en el antiguo Rústico de la avenida Sant Jordi de Vila.
Los hechos se desencadenaron poco antes de las 15,17 horas, momento en que una vecina de la finca llamó a la policía para alertar de los hechos. La mujer mantuvo la conexión durante 3 minutos y medio, instante en que llegaron las primeras dotaciones de la Policía Nacional.
El hombre de 44 años no deponía su actitud y hasta la finca llegaron más refuerzos. Hasta seis agentes que se vieron obligados a desenfundar su arma reglamentaria ya que el hombre continuaba con sus amenazas.
La vecina a la que el detenido golpeó y amenazó con asestarle con el hacha cuando estaba en el suelo todavía no se ha recuperado del shock. Fuentes conocedoras del caso apuntaron que el hombre sufre desde hace tiempo trastornos psiquiátricos y la tarde del lunes habría actuado bajo la influencia de alguna sustancia estupefaciente.
LA NOTA
El cobro de una deuda como origen del ataque
Los vecinos del antiguo Rústico continúan conmocionados por los hechos vividos aunque algunos le quitan hierro y advierten que el hombre tenía el hacha en su casa como un objeto decorativo. Además, apuntan que el origen sería el cobro de alguna deuda económica.
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